“Estas reformas impulsadas por la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo representan un paso decisivo en la consolidación de un esquema que da certeza y continuidad a los esfuerzos de solidaridad, participación y corresponsabilidad entre los sectores público, empresarial y social. El liderazgo, la apertura al diálogo y la voluntad política de la gobernadora hicieron posible alcanzar los consensos necesarios para presentar esta iniciativa y lograr su aprobación en el Congreso de Guanajuato”

Consejo Coordinador Empresarial de León

Los jerarcas empresariales resisten al Nuevo Comienzo. Ese puño se sigue viendo

PRI y Verde: incondicionales del nuevo comienzo… a pesar de todo

El relanzamiento del PAN y los reacomodos por el arribo de Virginia Magaña Fonseca a la dirigencia estatal del partido Verde, tienen implicaciones locales, en las alianzas que ha trazado el gobierno de Libia Dennise García Muñoz Ledo con 2 fuerzas opositoras claves para que su gobierno saque adelante reformas y decisiones importantes que amerita revisar.

Desde el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, el dirigente Jorge Romero; la presidenta de la Cámara de Diputados, Kenia López reiteraron en Guanajuato que la única alianza de su partido es con la sociedad cuando se les cuestionó sobre lo importante que para la bancada panista son los sufragios del PRI en el Congreso local. Ni más ni menos que la garantía de tener la mayoría simple que se requiere para decisiones importantes

Sabedor de esta circunstancia, el dirigente estatal Aldo Márquez pintó sutilmente su raya el lunes pasado cuando le pregunté sobre el futuro de la alianza con el PRI: dijo que el máximo órgano de dirección de su partido es la asamblea nacional y es ahí donde se definirá el futuro de las alianzas.

El tema es simple. El PAN en Guanajuato, la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo necesitan de esos tres votos del moribundo PRI. Es la coyuntura perfecta para el dueño de la franquicia tricolor, Alejandro Arias Ávila. La bancada panista sin mayoría le necesita y no le puede decir “fuchi, guácala” en el relanzamiento panista.

En el caso del partido Verde, la gobernadora una ferviente convencida de que hacen falta más mujeres en la política, no debe celebrar mucho que Virginia Magaña Fonseca haya llegado a la dirigencia estatal del partido Verde porque los acuerdos directos que tiene con Sergio Contreras Guerrero, fluyen de maravilla.

Con el coordinador de la bancada del Verde tiene gobernabilidad y vía libre para acuerdos en el Congreso. El tucán y el tricolor aceitan cualquier reforma complica y hace que sea minucia el rechazo de Morena y de Movimiento Ciudadano.

Y no es de ahora. Sergio Contreras y Jorge Espadas son amigos hace mucho tiempo. Libia García y el propio Contreras, se ponen de acuerdo a las primeras de cambio. La renuncia y el discurso tronante de Vanessa Sánchez para renunciar al Verde acusando de traidora a Magaña y su incorporación al PAN a la semana siguiente es una muestra clara de la conexión de Contreras y su grupo con el actual bloque gobernante panista.

Vanessa Sánchez llega a la Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos por esa productiva relación entre su mentor Contreras y el grupo cercano a Libia García en donde está Espadas, pero también la secretaria del Nuevo Comienzo Rosario Corona y el magistrado Vicente Esqueda quien influyó para que aquello ocurriera. Fue poderoso ombudsperson y hay quienes creen que su mano sigue pesando en la gestión de Karla Alcaraz.

Esa alianza funciona hace varios años y no se va a romper ahora por coyunturas partidistas.

Por eso no se pueden tomar en serio los epítetos de traidora que recetó Vanessa a Magaña. Son de risa y más al atestiguar su automático cambio de chaqueta en menos de una semana. Tanto el oficialismo panista como Sergio Contreras, tras su defenestración mandaron un mensaje a Magaña, poderoso e implacable.

El Verde de Sergio Contreras es incondicional del Nuevo Comienzo. De aquí a la elección de 2027, Libia García y compañía, tienen un incondicional a la orden. Después ¿Quién sabe?

Luis Ernesto Ayala: rebeldías con causa al paso de los años

Hace exactamente 14 años, Luis Ernesto Ayala Torres renunciaba a la secretaría de la Gestión Pública en el agonizante gobierno de Juan Manuel Oliva.

Ingenuamente, el empresario zapatero había creído en la palabra del entonces gobernador quien lo nombró como fiscalizador en uno de los momentos más oscuros de su sexenio.

Ayala Torres había asumido el cargo a mediados de 2010, poco antes de la salida de Gerardo Mosqueda como secretario de Gobierno.

Durante su gestión exhibió una serie de anomalías en la Secretaría Salud de Guanajuato que le provocó una recomendación de la Procuraduría de los Derechos Humanos al señalar a servidores públicos como responsables de actos de corrupción.

Ayala Torres, también exhibió irregularidades en varios funcionarios públicos en la Secretaría de Obras Públicas por la asignación de una obra mal aplicada. El único que aceptó la sanción fue el titular de la dependencia, Genaro Carreño Muro (a la sazón, compadre de Oliva); otra vacilada: 15 días naturales de suspensión.

No tuvo ni autonomía ni independencia comprometida por el entonces mandatario. Oliva Ramírez no dejó que tocarán como se debía a sus más allegados.

Luis Ernesto se topó una y otra vez con ese muro infranqueable y solo lograba aplicar castigos ridículos como el del propio Carreño.

Se fue del gabinete olivista. Pero no de la política porque regresó cuatro años después, empujado por la necesidad que tenía el PAN de enfrentar la derrota en 2012 en León con Héctor López Santillana como candidato a alcalde y una planilla llena de figuras empresariales del momento.

En 2015 ya en ese gobierno, bajó el perfil cuando Carlos Medina se volvió una piedra en el zapato para López Santillana aunque luego llegó a ser alcalde interino cuando este fue a buscar la reelección.

En 2018, Diego Sinhue lo nombró secretario de Gobierno donde se desempeñó hasta 2020 cuando fue relevado por Libia Denisse García Muñoz Ledo.

Ayala Torres se fue a hacer campaña para ser diputado local a donde llegó y luego se convirtió en coordinador de la mayoría panista en el legislativo guanajuatense.

La rebelión de Alejandra Gutiérrez le ofreció la oportunidad de un tercero, cuarto y quinto aire para formar parte del bronx azul que ahora se opone al oficialismo. Ni siquiera podemos decir

CON LOS TACOS POR DELANTE

Con la novedad de que, a pesar de las adversidades y los desencuentros, la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo y los empresarios del estado siguen cabalgando juntos en este nuevo sexenio.

Pese a la extinción del FIDESSEG y los desencuentros de la titular del ejecutivo con el sector empresarial que tronó contra el nuevo modelo y contra la desaparición del anterior, al final pudo darse una salida negociada en la que los empresarios cedieron pero no les quitaron una pluma a su gallo.

Es cierto, la gobernadora arrebató a los empresarios el privilegio de la intermediación al cancelar el FIDESSEG y con ello, la fluidez de recursos a través de las asociaciones Fe y Actuando pero esta semana nos enteramos que a cambio de ese sacrificio, en el Congreso del estado les obsequiaron una reforma a la ley en la que les respetan el monopolio de la representación de la participación ciudadano.

Por eso, los empresarios no respingaron cuando la gobernadora decidió sacar adelante Tocando Corazones y los apoyos a través de una plataforma digital en la cual, cualquier proyecto podía ser considerado y financiado.

Recordemos el tono que alcanzó la pugna en los primeros meses de gobierno, los amparos interpuestos por las organizaciones empresariales, la tensión en los encuentros entre funcionarios y hombres del dinero.

Al final, nadie se queda con las manos vacías. La gobernadora impone un modelo más transparente, con menos privilegios para algunos y candados que permiten que los recursos públicos lleguen a quien verdaderamente lo necesita y no se gasten en sueldos de altos directivos y en coches para algunos de ellos.

Y la recompensa para los empresarios llegó a través de una reforma aprobada el pasado jueves con el voto en contra de Morena en el Congreso local. En esa reforma se garantiza que lo recaudado a través de la famosa sobretasa de 0.3% vaya a la filantropía “y no a la tarjeta rosa” pero también que en Guanajuato en la ley, la representación ciudadana sea patrimonio exclusivo de los empresarios.

Esto último, a través de la creación del llamado Consejo Estratégico de Proyectos de Organizaciones de la Sociedad Civil con fines de Desarrollo Social y Humano en donde tiene un asiento cada presidente de Consejo Coordinador Empresarial de León, Irapuato y Celaya y además tienen la facultad de proponer a 2 representantes de organizaciones civiles.

En tribuna, el diputado David Martínez Mendizábal cuestionó que en Guanajuato la participación ciudadana sea monopolizada por el sector empresarial. Y no mintió. En León, así lo marcan los usos y costumbres.

Diego Sinhue Rodríguez los apapachó hasta el hartazgo. En 2018 accedieron a pagar una sobretasa y el exgobernador les dio manga ancha para que definieran ellos quiénes podían acceder y quiénes no a los apoyos.

Por eso los líderes empresariales se quejaron cuando Libia Dennise quiso quitarles la etiqueta de consentidos y privilegiados. Les quitó la influencia directa pero les mantuvo el derecho a ser los únicos representantes ciudadanos.

La gobernadora no pudo hacer la faena completa y ellos levantan el puño.

LA DEL ESTRIBO…

Se fue una semana más. El presidente de la comisión de Administración y coordinador de la bancada panista Jorge Espadas, se mantiene atrincherado en la opacidad para abrir a medios la información de las fallas en el edificio legislativo.

No lo doblaron las revelaciones del coordinador morenista Ricardo Ferro quien dijo a mitad de semana a reporteros que Espadas los llevó a un tour en donde les dio santo y seña de las fallas. Un precandidato a la alcaldía de León al que le duele mucho la transparencia.