Irapuato, Gto.- En el corazón del centro histórico de Irapuato, desde hace más de 4 décadas, hay un aroma que anuncia que la tarde ha llegado: el de los elotes recién cocidos de Tere.

Su puesto, conocido como “Elotes Tere”, no solo es parte del paisaje de la Plazuela Miguel Hidalgo, sino también un pedacito de historia viva que ha pasado de generación en generación.

Cada tarde en la Plazuela Miguel Hidalgo, Tere coloca su negocio para ofertar sus ya conocidos elotes

“El secreto está en el sabor, en la preparación y en los ingredientes”, dice Tere con una sonrisa mientras remueve la olla que despide el vapor dulce del elote blanco.

En su puesto se ofrecen elotes blancos, amarillos y dorielotes —aunque confiesa que el blanco sigue siendo el favorito de la gente—. Además, detrás de esos sabores hay una historia de amor y legado.

Su trayectoria en el negocio está ligada a su historia de amor, siendo previamente el negocio de la familia de quien se convirtió en su esposo

El origen de Elotes Tere en Irapuato; tradición nacida del amor y el sabor

Tere conoció a su esposo precisamente ahí, en la plaza Hidalgo, cuando él era quien atendía el negocio familiar de elotes, con el paso del tiempo, ella no solo se enamoró de él, sino también del oficio.

Tras su partida, Tere decidió continuar con el negocio, preservando la tradición que la familia de su esposo había iniciado muchos años antes.

“Ya tengo 40 años aquí, pero este puesto tiene más tiempo todavía. Era de la familia de mi esposo, y cuando él faltó, yo seguí”, recuerda.

Tras la muerte de su marido, Tere decidió continuar el legado familiar

Desde entonces, Tere ha sido el alma de este rincón del centro, su constancia, su trato amable y el inconfundible sabor de sus elotes la han hecho parte de la vida cotidiana de Irapuato.

Generaciones enteras han pasado por su puesto: los niños que alguna vez iban tomados de la mano de sus padres, hoy regresan con sus propios hijos a comprarle “un elote con todo”.

Con 4 décadas llenos de sabor, Tere se ha convertido en un referente culinario en el centro de Irapuato

Tere mantiene viva una tradición que se niega a desaparecer, en su puesto no solo se sirve comida: se sirven recuerdos, afectos y la historia de una mujer que convirtió el legado de su familia en una herencia para todo Irapuato.

“Invitamos a toda la gente a que venga, estamos aquí en la Plaza Miguel Hidalgo, los elotes pues hay de todo, pero siempre los hacemos con calidad, para que la gente se vaya feliz”, dice Tere.

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