Guanajuato, Gto.- El Colegio de Ingenieros del Agua de Guanajuato (CIAG) insistió en que el proyecto del acueducto Solís requiere de estudios técnicos y científicos basados en el estándar internacional de la Alliance for Water Stewardship (AWS) para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, y los impactos ecológicos que traerá.
En medio de las protestas de productores de Acámbaro y municipios aledaños, quienes han planteado dudas sobre la sustentabilidad del acueducto, el CIAG hizo un llamado a “no comprometer recursos financieros sin un análisis integral que contemple la hidrología del estado y la interconexión de sus sistemas de agua” y consideró al conflicto como una oportunidad de mejorar la gestión del recurso natural.

“Identificamos que para hacer un enfoque sostenible del agua tiene qué estar alineado con la WAS. Buscamos que se cuide la seguridad hídrica y alimentaria de la región, en concordancia con el desarrollo económico, el manejo social y el equilibrio ecológico. Vemos este conflicto como una oportunidad real de mejorar, y no solo incrementar la eficiencia física en la distribución del agua, sino ir hacia un enfoque más proactivo en base al estándar AWS, donde nos permita diseñar esas estrategias de adaptación climática” expresó René Eloy Mendoza Franco, presidente del CIAG.
Entre los principales puntos que el Colegio de Ingenieros del Agua destacó que se deben considerar en los estudios, se encuentran la reasignación de los volúmenes del agua que traerá la construcción del acueducto, considerando que según la información disponible del proyecto, ésta provendrá de la recuperación del uso agrícola resultante de la tecnificación del distrito de riego 011.

También la de considerar la diversidad de microclimas en la región de la presa
También la de considerar la diversidad de microclimas en la región de la presa, considerando que el trasvase de agua irá en contrasentido de sus escurrimientos naturales, e implicará impactos en los distintos ecosistemas de la zona. Y por último, transitar hacia un modelo de gestión sostenible de agua en las ciudades a donde llegará el acueducto, donde el crecimiento urbano se autorice en base a la disponibilidad real de recursos en cada localidad.
“Se tendrán qué revisar estos sistemas hidrológicos y su impacto no solamente en el campo, también en un enfoque climático, y considerar estos cambios climáticos dentro de la planeación. Tenemos qué transitar hacia un modelo de gestión sostenible, donde no únicamente buscamos que se trace la tubería, sino que se optimice la gestión del agua y planificar el crecimiento urbano en base a la disponibilidad real del recurso dentro de las cuencas naturales” puntualizó Mendoza Franco.
