Las ciudades más afectadas fueron Río Bonito do Iguaçu, donde se registraron cuatro de las víctimas mortales, y Guarapuava, con una más. En total, 14 municipios fueron declarados en estado de emergencia debido a los daños provocados por la tormenta.

Destrucción total y comunidades incomunicadas
El paso del tornado dejó una estela de destrucción: entre el 80 y el 90% de las viviendas en Río Bonito do Iguaçu resultaron dañadas. Miles de personas permanecen sin energía eléctrica ni agua potable, mientras los equipos de emergencia trabajan en la búsqueda y rescate de posibles desaparecidos.
“Entre el 80 y el 90 por ciento de la ciudad fue colapsada. Aún no tenemos el número exacto de personas desabrigadas”, declaró el coronel Hudson Leoncio Teixeira, secretario de Seguridad Pública de Paraná.
El Cuerpo de Bomberos describió la zona afectada como un verdadero “escenario de guerra”, mientras refuerzos de distintas regiones se trasladaron al área para asistir a los damnificados y levantar estructuras temporales. Un hospital de campaña fue instalado para atender a los heridos.

Fenómeno extremo y alarma climática
Expertos confirmaron que el fenómeno se trató de un tornado generado dentro de una supercelda, una tormenta de gran intensidad con corrientes rotatorias que pueden durar varias horas.
El gobernador Ratinho Junior aseguró que la Defensa Civil y las fuerzas de seguridad permanecen en alerta y movilizadas. Además, otros estados del sur —Río Grande do Sul y Santa Catarina— declararon también estado de emergencia ante la formación de un ciclón extratropical que avanza hacia el norte.

Las autoridades de Sao Paulo emitieron alertas preventivas ante la posibilidad de que el ciclón llegue a su territorio este fin de semana.
La tragedia ocurre a tan solo dos días del inicio de la Conferencia Climática COP30, en Belém, donde líderes globales abordarán la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos ligados al cambio climático.
