León, Gto. – A partir del 1 de enero de 2026, el salario mínimo en México podría alcanzar los 312.25 pesos diarios, un aumento proyectado de alrededor del 12 % respecto al actual de 278.80 pesos. Aunque esta medida busca mejorar el poder adquisitivo de millones de trabajadores, su impacto en Guanajuato será desigual, dependiendo del sector productivo, el tipo de empleo y el nivel de formalidad.

En un estado donde el salario promedio mensual ronda los 4 790 pesos, según datos oficiales del primer trimestre de 2025, el nuevo mínimo nacional promete alivio para los sectores más rezagados. Sin embargo, también representa desafíos para empresas pequeñas, actividades agrícolas y sectores con alta informalidad como el turismo.

En un estado donde el salario promedio mensual ronda los 4 790 pesos, según datos oficiales del primer trimestre de 2025, el nuevo mínimo nacional promete alivio para los sectores más rezagados

Salario mínimo al alza, ingresos estancados

El aumento al salario mínimo sigue una ruta de incrementos graduales iniciada en 2019. La meta es que el ingreso básico cubra el costo de dos canastas básicas para una persona, una exigencia que diversas organizaciones civiles aún consideran lejana. De acuerdo con una propuesta legislativa en curso, algunos senadores empujan incluso un incremento del 17 % para 2026, aunque el rango más probable ronda entre 11 y 12 %.

En Guanajuato, el contraste entre el salario mínimo legal y lo que realmente perciben los trabajadores es amplio. La Secretaría de Economía estima que más del 50 % de la población ocupada está en micronegocios, y que el salario real promedio mensual apenas roza los 4 790 pesos, cifra inferior incluso al mínimo mensual proyectado para 2026 (≈9 300 pesos).

Industria: presiones salariales en un sector clave

El sector manufacturero, y en especial la industria automotriz, representa el 20.6 % del PIB estatal y más de 220 000 empleos formales en Guanajuato. Durante los primeros meses de 2025, la entidad se posicionó como la segunda más productiva del país en manufactura, con un valor de producción superior a los 417 mil millones de pesos.

Aunque la mayoría de estos empleos superan el salario mínimo, el aumento proyectado puede tener un efecto faro que empuje hacia arriba los sueldos más bajos de la cadena productiva, como operadores de línea, personal de limpieza o asistentes logísticos.

Para las grandes armadoras y sus proveedores, esto significa mayor presión sobre los costos laborales, lo cual podría traducirse en recortes de personal, mayor automatización o reducción de beneficios en puestos no sindicalizados, si no se acompaña de mejoras en productividad o eficiencia operativa.

Campo: informalidad y riesgo de exclusión

En el sector agroalimentario, que aporta cerca del 5.4 % del PIB primario nacional, el reto es doble: mejorar los ingresos de los trabajadores y garantizar que el aumento llegue efectivamente a quienes trabajan en condiciones precarias.

La mayoría de los jornaleros agrícolas en Guanajuato están contratados de forma temporal o sin prestaciones, lo que dificulta que el nuevo salario mínimo se aplique de forma real. Aunque el incremento puede ser significativo para quienes ganan menos de 300 pesos diarios, también podría generar ajustes por parte de empleadores que operan con márgenes estrechos: menos contrataciones, jornadas más reducidas o mayor rotación.

En el sector agroalimentario, que aporta cerca del 5.4 % del PIB primario nacional, el reto es doble: mejorar los ingresos de los trabajadores y garantizar que el aumento llegue efectivamente a quienes trabajan en condiciones precarias.

Además, la caída del 4 % en la actividad agrícola en 2023 en la entidad refleja que el sector ya enfrenta presiones estructurales, como sequías, encarecimiento de insumos y falta de financiamiento, lo que complica aún más la adopción plena del aumento salarial.

Turismo y servicios: alivio necesario, pero limitado

Guanajuato es uno de los principales destinos turísticos culturales del país, con ciudades como San Miguel de Allende, Guanajuato capital y León como polos de atracción. Sin embargo, el salario promedio en el sector turismo y servicios se encuentra muy por debajo del promedio estatal.

Una gran parte de los trabajadores de hoteles, restaurantes y comercio reciben entre 150 y 250 pesos diarios, por lo que el nuevo salario mínimo representaría un incremento importante. Pero también podrían enfrentar una mayor precarización si los empleadores reducen jornadas, presionan por esquemas de pago mixtos o mantienen contratos informales para evitar pagar el nuevo piso salarial.

El problema se agrava en temporada baja o en zonas rurales, donde el flujo de turistas no garantiza ingresos constantes, y muchas veces los empleos son de medio tiempo o con comisiones variables.

¿Y el costo de la vida?

Aunque el aumento del salario mínimo busca equilibrar el ingreso frente a la inflación, varios analistas han advertido que el mismo incremento podría provocar nuevas presiones inflacionarias, sobre todo si los empresarios trasladan el mayor costo laboral al precio final de productos y servicios.

En Guanajuato, entidades como León o Irapuato ya reportan un aumento sostenido en el precio de la vivienda, el transporte y los alimentos, lo que podría reducir el beneficio real del alza salarial.

Aunque el aumento del salario mínimo busca equilibrar el ingreso frente a la inflación, varios analistas han advertido que el mismo incremento podría provocar nuevas presiones inflacionarias.

Además, la desigual distribución de la formalidad laboral en la entidad implica que el impacto del nuevo mínimo no será parejo: trabajadores con contrato y prestaciones podrían ver reflejado el aumento en su ingreso neto; mientras que quienes están en la informalidad —casi el 56 % de la fuerza laboral según INEGI— quedarán fuera del alcance directo de la política.

¿Qué viene para Guanajuato?

Para que el aumento del salario mínimo tenga un impacto positivo real en Guanajuato, será necesario que:

  • Se refuercen los mecanismos de inspección laboral para asegurar el cumplimiento del nuevo salario.
  • Se impulse la formalización del empleo, especialmente en el campo y el turismo.
  • Se desarrollen estrategias de productividad y automatización en sectores industriales para equilibrar el alza de costos laborales.
  • Se combata la inflación, que podría absorber gran parte del aumento salarial si no se controla.

En resumen, el nuevo salario mínimo de 312.25 pesos diarios podría significar un alivio real para miles de trabajadores en Guanajuato. Pero su efectividad dependerá de que esté acompañado de una estrategia integral de empleo, desarrollo regional y equidad salarial. De lo contrario, seguirá siendo un avance en el papel, pero limitado en la vida diaria.

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