Acámbaro, Guanajuato.– Como un gesto de bondad y generosidad, vecinos de la calle Pino se unieron para celebrar los 99 años de vida de doña Carmen, quien anhelaba que le festejaran su cumpleaños con un pastel y cantando Las Mañanitas.
Doña Carmen, como es conocida en la cuadra donde vive desde niña, es una persona de edad muy avanzada y está al cuidado de su sobrina, quien vive en el mismo domicilio. Todas las mañanas, desde muy temprano y antes de desayunar, se mete a bañar con la ayuda de su familiar. “Me baño antes de salir un ratito al sol; eso sí, con agua de la llave. No me gusta que calienten el agua, no se necesita, la de la llave llega calientita”, menciona la mujer.
Con 99 años, doña Carmen todavía puede moverse con la ayuda de una silla en la que se recarga para caminar. Su familia le ha comprado un andador, pero no le gusta; para ella es más cómoda su silla. Todas las mañanas sale a tomar el sol afuera de su domicilio; la gente que pasa la saluda y, en algunas ocasiones, platica con ella, aunque deben hablarle fuerte, ya que casi no escucha, siendo este el único de sus sentidos que ha ido perdiendo.
En una ocasión, mientras conversaba con una vecina, comentó que anhelaba celebrar un cumpleaños antes de partir de este mundo, ya que nunca la festejaron. Por esta razón, los vecinos del lugar se organizaron con Sandra, la sobrina que la cuida, para celebrar su llegada a los 99 años. Todos los días está en la banqueta de su casa, ya que no le gusta ver televisión ni estar encerrada o acostada.
Al ver que sus sobrinas ponían globos en la ventana de su casa, se sorprendía, pero nunca imaginó que eran para su celebración. Este año, doña Carmen vivió su cumpleaños de manera muy especial, pues lo pasó rodeada de gente que la aprecia y cuida, cumpliendo uno de sus sueños: festejar con un pastel y Las Mañanitas.
Durante el festejo comió mole, arroz y pollo que preparó Sandra; los vecinos le llevaron un pastel y regalos. El deseo de doña Carmen Solano Piña es que Dios le permita llegar a cumplir 100 años y cerrar su ciclo de vida.
A pesar de haber visto realizado uno de sus sueños, en el rostro de la mujer se refleja la tristeza que carga por haber perdido a cinco de los siete hijos que tuvo. En la actualidad le sobreviven dos, quienes no acudieron a la celebración.
