Ciudad de México, México.- Las tensiones entre México y Perú volvieron a escalar este miércoles en la Organización de los Estados Americanos (OEA), en medio del debate por el asilo diplomático otorgado a Betssy Chávez, exministra del gobierno de Pedro Castillo. La representación mexicana defendió con firmeza la vigencia de la Convención de Asilo Diplomático de Caracas de 1954, instrumento jurídico que permitió que la funcionaria ingresara a la embajada mexicana en Lima.

Perú llevó el tema al Consejo Permanente de la OEA para promover una reforma que obligue a los Estados que consideren otorgar asilo a revisar de manera obligatoria la información proporcionada por el país donde se encuentren los solicitantes, especialmente sobre posibles delitos. Sin embargo, México rechazó la propuesta al considerar que contraviene el espíritu del derecho de asilo.
La crisis diplomática entre ambas naciones lleva semanas activa. Desde Lima se ha declarado como persona non grata a la presidenta Claudia Sheinbaum, mientras que el presidente peruano José Jerí —quien asumió tras la destitución de Dina Boluarte— llegó a afirmar que “no le tiembla la mano” para ingresar a la embajada mexicana en caso de considerarlo necesario.

El debate en la OEA: dos posturas enfrentadas
Durante la sesión en Washington, el canciller peruano Hugo de Zela sostuvo que su iniciativa busca establecer criterios que garanticen “objetividad, trazabilidad y responsabilidad” en la concesión del asilo. Según el gobierno peruano, las reglas actuales permiten que algunos Estados utilicen esta figura con fines ideológicos o como vía para evadir procesos judiciales.
En respuesta, Luz Elena Baños, representante de México ante la OEA, señaló que el Consejo Permanente no es el foro adecuado para revisar, reinterpretar o modificar la Convención de Caracas. Recordó que Perú convocó al organismo tras el otorgamiento del asilo y la solicitud de salvoconducto para Betssy Chávez a inicios de noviembre, y enfatizó que el tratado vigente es claro y suficiente.
Asimismo, Baños destacó que no todos los países miembros de la OEA forman parte de la Convención, lo cual vuelve improcedente una revisión desde este espacio. México, afirmó, actuó apegado al derecho internacional y a la normativa interamericana al brindar protección a la exministra.

Perú, por su parte, aclaró que no busca una reforma directa desde el Consejo Permanente, sino la autorización para enviar la propuesta al Comité Jurídico Interamericano para su análisis técnico.
México defiende el derecho de asilo
Durante su intervención, Baños subrayó que el asilo diplomático es una herramienta fundamental para la protección de la dignidad humana. Criticó que Perú intente utilizar el debate en la OEA para resolver un conflicto estrictamente bilateral y aseguró que México seguirá defendiendo la integridad del derecho de asilo.
Betssy Chávez permanece en la residencia de la Embajada de México en Lima desde noviembre, situación que motivó la ruptura formal de relaciones entre los dos países.
Aunque el canciller peruano sostuvo que su postura no se refería directamente al caso de la exministra, afirmó que este episodio evidencia una “evolución negativa” en el uso del asilo consagrado en la Convención de Caracas, pues —a su juicio— hoy se emplea para proteger a personas que no enfrentan persecución política real en sistemas democráticos.
Perú reconoció que atraviesa una crisis política derivada de la caída de Castillo, pero insistió en que en su territorio prevalecen las garantías del debido proceso y el compromiso con la no impunidad.
