La ciudad de Guanajuato se convirtió en un producto, y las ganancias, no benefician a todos

La imagen de Alejandro Navarro y Samantha Smith vestidos como el Grinch en una cabalgata del Día de Reyes, resultó profética. Dicho episodio ocurrió en algún momento de estos siete años que el matrimonio panista ha encabezado la administración pública. Un momento difícil de precisar, porque en ese lapso, Guanajuato capital ha sido una fiesta, una cadena de eventos que se desarrollan en tropel, un verdadero carnaval.

Repito, una imagen profética. Porque este diciembre, tal como el personaje del Dr. Seuss, nos robaron la Navidad.

Todo comenzó hace unos años, con la renta de inflables para decorar la ciudad: pequeñas casas que simulaban una villa navideña, y los Reyes Magos (uno de ellos repetido). Nos habituamos a una que otra maceta de nochebuenas, la pista de hielo instalada en la histórica Alhóndiga de Granaditas, un pino raquítico en la Plaza de la Paz (superado por cualquier arbolito de centro comercial). Nada digno de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Este 2025, apareció junto a La Giganta de José Luis Cuevas, entre el Teatro Juárez y el templo de San Diego, un enorme árbol auspiciado por Coca-Cola. Fue la gota que derramó el vaso. No sólo porque descubrimos que un año más, la pobreza en la decoración de temporada se repite. El asunto, es que Guanajuato ya es un gran escenario, set de filmaciones, y una especie de cartelera para promover eventos que ya no nos queda claro a quién están favoreciendo.

Gobernantes influencers

Cuando la ambición y el protagonismo son prioridad, es imposible hablar de beneficios para la ciudadanía.

Alejandro Navarro asumió la alcaldía de 2018 a 2024. Su esposa, Samantha Smith, lo relevó el año pasado. La ‘power couple’ parece preparar a su hijo, Saúl, para un nuevo trienio.

Su permanencia en el poder responde a una arrolladora campaña mediática y su alianza con sectores clave.

Desde hace siete años parece que Guanajuato capital es gobernada por influencers, personajes protagónicos que se valen de estrategias ‘virales’ para ganarse la simpatía del pueblo.

Alejandro y Samantha construyeron una narrativa sustentada en las redes sociales. Navarro se tomó fotos barriendo el Mercado Hidalgo, ‘patrullando’ la ciudad. Samantha siguió sus pasos, apostando por un gobierno performático, parafernalia pura.

La ciudad es un producto en sus manos. No cualquier ciudad, una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, que por sí sola atrae visitantes. Y la han explotado, vendido, desde entonces.

La creciente inseguridad, la suciedad y deterioro de espacios emblemáticos, los conflictos viales, la falta de regulación del comercio ambulante, la falta de equidad en cuanto a todo tipo de permisos, son ignorados, maquillados o manipulados cuando el gobierno municipal anuncia sus logros.

Lo único que importa es la foto para el Facebook, los likes, proyectar una imagen de prosperidad que solo se mantiene en lo que se elige presumir. No es necesario escarbar tanto para descubrir la triste realidad.

Festiva invasión

La controversia en torno al árbol de la popular refresquera fue tema mediático a lo largo de la semana. Ahora sabemos que anunciaba la Caravana Coca-Cola, que visitará Guanajuato el próximo martes. El vistoso desfile se llevará a cabo en la zona sur, decisión más que sensata, porque no imagino esos 10 tráileres esquivando cables y túneles en el centro de la ciudad.

Y por ahí va el problema, uno de tantos. Nuestras autoridades autorizan y promueven todo evento posible, sin pensar en la ciudadanía y el caos y daño que generan.

En la era ‘antes de los Navarro’, en la capital estábamos habituados a que cortejos fúnebres y procesiones religiosas alteraran el tráfico. Ahora, tenemos que lidiar con carreras deportivas, espectaculares circuitos ciclistas, numerosas filmaciones de telenovelas, series y películas, festivales; todos ellos colapsan la ciudad, desvían las rutas del transporte público, a taxistas y automovilistas en general. Son ‘detalles’ que truncan la rutina de los ciudadanos a los que quieren vender la idea de que “esto es en beneficio de todos”.

Guanajuato, Ciudad Patrimonio, es sede del Festival de Día de Muertos, de exposiciones de vinos, gastronomía, cervezas artesanales, que invaden año con año las principales calles. La ciudad parece salón de fiestas que se puede rentar al mejor postor.

Smith recibe una llamada del rapero Santa Fe Klan, solicitando permiso para cerrar todo una colonia y ese mismo día se le concede.

“Cualquier ciudadano se puede comunicar con la alcaldesa y así nada más pedir permiso: voy a hacer una fiesta, ¿me deja?”, le preguntó a Samantha una reportera.

“Sí, claro”, fue su respuesta. Lo tendremos en cuenta.

El patrimonio en sus manos

Las momias de Guanajuato y el museo que las resguarda han sido otro producto para los Navarro Smith. Alejandro intentó construir un nuevo recinto, que más parecía centro comercial. Samantha las lleva a pasear a Zacatecas y las exhibe en la calle Subterránea como decoración del Día de Muertos (siguiendo el ejemplo de su marido).

Por ello, ambos han enfrentado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La instancia siempre ha intentado frenar sus estrambóticas decisiones (que se suman al mencionado árbol navideño y la instalación de una rueda de la fortuna en la Plaza de la Paz, en 2022).

Nuestra alcaldesa fue recientemente postulada (la única candidata) como presidenta de Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial.

La protección de Guanajuato capital, no parece prioridad de la presidenta municipal. Resulta irónico e incluso decepcionante que se le encomiende tal misión. La ciudad es un tianguis y un espacio disponible para todo aquel que quiera rentarlo.

Pero el descontento que genera la presente administración es invisible en el terreno que domina la alcaldesa. Las quejas son eliminadas de sus redes. Permanecen las porras y mensajes de aliento, curiosamente provenientes en su gran mayoría de usuarios de la Ciudad de México y el Estado de México.

En resumen, Guanajuato es un carnaval que están disfrutando unos cuantos.

LO SUPERFLUO: Las quejas respecto al actual gobierno se escuchan en todas partes, porque las decisiones de la administración afectan parejo.

LO PROFUNDO: En tres ocasiones, el voto popular ha beneficiado a quienes de tanto nos quejamos. Una cuarta ocasión sería el colmo.