Silao, Gto.- Cada 12 de diciembre las familias silaoenses guardan el recuerdo de su visita a la Virgen de Guadalupe, el cual queda plasmado en las fotografías tomadas desde la lente de la familia Cabrera Rivera.

Al paso de las décadas la avenida 5 de Mayo en la zona centro de la ciudad se ha llenado de fieles católicos que visitan el Santuario de Guadalupe.

Ahí, entre los puestos de comida, imágenes religiosas y ropa se colocan cerca de una decena de stands, entre ellos el que encabeza la señora Leonor Rivera Sánchez.

Familia de Silao conserva por 45 años la tradición de fotografiar a los fieles de la Virgen de Guadalupe Karla Silva
Familia de Silao conserva por 45 años la tradición de fotografiar a los fieles de la Virgen de Guadalupe Karla Silva

Fue su esposo Carlos Cabrera Gutiérrez quien, tras su estancia en los Estados Unidos, trajo a Guanajuato una cámara de video con la que la familia inició su negocio.

Tenemos 45 años tomando fotografías, para nosotros es mucho gusto que la gente venga y se lleve un recuerdo que va a durar para toda la vida. Cuando nosotros iniciamos, en aquel tiempo no se usaban las vírgenes de bulto, nada más se usaba una manta; nosotros mandamos hacer esa manta en chiquito, nos la hizo un pintor, muy bonita, todavía la tengo”.

Las fotografías solían entregarse casa por casa

Las fotografías solían entregarse casa por casa, sin embargo, los avances tecnológicos han permitido imprimir en el mismo momento y lugar las imágenes para que el cliente las lleve con sigo.

Vestidos como inditos para recordar el último y más importante encuentro entre la virgen María y Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, los peregrinos posan frente a la cámara y junto a una enorme imagen, flores y los colores que representan a la bandera mexicana.

Mientras tanto, la familia Cabrera Rivera combina su trabajo con la fe y agradece el sustento a sus integrantes.

“Gracias a la Virgen es un negocio que nos ha redituado mucho. Cada año estamos aquí y gracias a ella pues este es nuestro negocio de cada año… no faltamos, siempre estamos aquí”.

Primero los visitaron los abuelos, luego los papás y los hijos, y ahora los nietos: “Para nosotros es mucho orgullo que venga la gente y nos recuerde que nosotros les tomábamos sus fotos cuando estaban más chiquitos”.

Hoy entregan las fotografías instantáneas colocadas en un calendario para que sea colgado en las paredes de los hogares para ser visto todo el año.