En un cambio sin precedentes para el sistema de identificación en México, el gobierno federal anunció la transformación de la Clave Única de Registro de Población (CURP) en una versión con datos biométricos, cuya implementación completa se prevé para 2026.
La medida busca modernizar y robustecer la identificación oficial del país, pero ha generado dudas y debates sobre su obligatoriedad, plazos y usos.
Durante 2025 se dieron pasos legales y técnicos para la transición. El 16 de julio pasado se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto que reforma la Ley General de Población para incorporar fotografía, huellas dactilares y escaneo de iris al registro nacional de identidad, lo que convierte a la CURP en un documento con biometría.
Aunque la obligación legal ya está establecida y el esquema de implementación en marcha, la exigencia de la CURP biométrica para trámites específicos empezará de forma escalonada, con un despliegue nacional en 2026.
Este calendario y los usos proyectados marcan la pauta para dependencias públicas y privadas que deberán adaptarse al nuevo estándar.
Expertos y autoridades coinciden en que la medida persigue mayor seguridad y confiabilidad en la identificación, con la intención de reducir fraudes, suplantación de identidad y errores administrativos, además de facilitar la interoperabilidad entre sistemas de gobierno.
Inicio del trámite y fases de implementación
La CURP biométrica se ha puesto en marcha de manera gradual para permitir pruebas operativas y la adaptación de sistemas locales y nacionales:
Fase piloto: desde julio de 2025, varios estados —como Veracruz, Ciudad de México y Estado de México— han habilitado módulos especiales donde se puede tramitar ya la CURP con biometría.
Apertura al público general: a partir de enero de 2026, la nueva CURP podrá gestionarse en módulos del Registro Civil y oficinas del Registro Nacional de Población (RENAPO) a nivel nacional.
Obligatoriedad: se espera que la exigencia legal de la CURP biométrica como identificación oficial requerida para trámites sea efectiva desde febrero de 2026, cuando la versión convencional dejaría de ser aceptada en gestiones que requieren verificación de identidad.
Este esquema gradual busca mitigar contratiempos técnicos y asegurar la cobertura en todo el territorio; sin embargo, aún persisten incertidumbres en torno a la adopción y cobertura completa, ya que las fechas podrían ajustarse conforme avance la infraestructura tecnológica necesaria.
¿Para qué trámites será requerida la CURP biométrica 2026?
A partir de febrero de 2026, la CURP biométrica tendrá carácter de identificación oficial en una amplia gama de procesos públicos y privados. Entre los trámites y servicios donde será indispensable se encuentran:
- Acceso a servicios de salud: inscripciones y atención en hospitales, clínicas y sistemas de salud pública.
- Programas sociales y pensiones: registro y cobro de beneficios, subsidios y apoyos gubernamentales.
- Transacciones financieras y bancarias: apertura y administración de cuentas, créditos y otros productos financieros.
- Educación: inscripciones escolares y trámites administrativos en instituciones públicas y privadas.
Además de estos usos, organizaciones privadas y órganos públicos deberán aceptar la CURP biométrica como medio de identificación válida cuando la presente el ciudadano.
Esto incluye desde gestiones ante instituciones hasta contratos con servicios que requieran verificación precisa de identidad.
Requisitos y consideraciones de seguridad
Para tramitar la CURP biométrica será necesario presentar documentos como: identificación oficial vigente (INE, pasaporte), acta de nacimiento certificada, comprobante de domicilio y un correo electrónico activo. El proceso de captura incluye escaneo de huellas y registro de rasgos biométricos.
Las autoridades subrayan que la incorporación de datos biométricos se realizará con consentimiento explícito del titular, bajo marcos de protección de datos personales.
Sin embargo, organizaciones de la sociedad civil han expresado preocupaciones sobre la vigilancia y centralización de información sensible.