El fundamento de la democracia consiste en atribuir un papel decisivo al principio de la mayoría y al mismo tiempo garantizar los derechos de las minorías permitiéndoles participar en la configuración del orden político, respetando sus derechos políticos, posibilitando la representación política de los ciudadanos mediante su participación en elecciones libres y competitivas para un puesto de elección popular, siendo el Estado representativo aquel en el que las principales deliberaciones políticas son realizadas por los representantes elegidos, los cuales, dado nuestro actual proceso electoral, serán: el presidente de la República, Congreso (diputados y senadores), gobernadores de los estados, diputados que integrarán los congresos locales, presidentes municipales, síndicos y regidores, así como jefe de gobierno de la CDMX, alcaldes, concejales y diputados a la Asamblea Legislativa.
Por tanto, un gobierno será representativo si ha sido electo. En este sentido, al permitir una participación incluyente y respetuosa de los derechos políticos de los ciudadanos, el gobierno actuará para el interés de los mismos. La responsabilidad entonces estará dada a partir de las acciones realizadas por el gobierno en beneficio de sus ciudadanos y de sus resultados. La democracia representativa será entonces un sistema político basado en el poder popular, en el cual la titularidad del poder pertenece al pueblo, mientras que su ejercicio es confiado a los representantes elegidos periódicamente por la ciudadanía, entendiendo el poder popular como poder electoral. Así, la democracia es un sistema pluripartidista, es decir, conformado por una multiplicidad de partidos, en el que la mayoría expresada por las elecciones, aquellos que obtuvieron el triunfo, gobierna en el respeto a los derechos de las minorías, aquellos que no se vieron favorecidos por los resultados electorales.
La democracia no es pensable sin los partidos políticos, cuya función elemental consiste en ser vehículo esencial para mediar entre una diversidad de opciones y puntos de vista ciudadanos y el proceso de formación de la voluntad política. Sin duda, los partidos políticos son parte fundamental del sistema representativo, pues son parte de la conformación de la opinión pública, de la formación política de los ciudadanos y del desarrollo de la economía y el sistema educativo, funcionando como vínculo de comunicación entre los ciudadanos y sus representantes, y de integrar el gobierno y sus instituciones, específicamente el Congreso, generando y promoviendo leyes que beneficien a la sociedad en su conjunto.
Así, los partidos políticos contribuyen a crear preferencias, intereses, recursos y reglas políticas en la sociedad por medio de distintos actores y la formación de identidades, siendo generalmente entidades que cumplen con ser organizaciones de carácter durable, con una vida política superior a la de sus dirigentes, disponer de una red de relaciones entre su centro y unidades de base, así como contar con el apoyo popular, a través de sus militantes y electores, lo cual les permite llevar a cabo la voluntad de ejercer el poder.
Como resultado de lo anterior, nuestro país ha experimentado sucesivas reformas electorales, en cuanto al tema de democracia y sistema político, entre los años 70 y 90 del siglo XX, así como en las primeras dos décadas del presente siglo, las cuales han obedecido a las presiones y expresiones de la sociedad civil para democratizar al Estado. Una de las causas principales por las que se había postergado una reforma eficaz encontró su fundamento en el papel funcional del régimen priista, el cual, a partir del término de la revolución mexicana, no buscó renovarse, sino al contrario, mantener una continuidad mediante la consolidación de un estilo de gobierno que asegurara su supervivencia a partir de diferentes reformas políticas que legitimaran al régimen. El proceso electoral del año 2000 con el arribo del PAN a la presidencia de la República demostró el agotamiento del sistema imperante hasta entonces, y por tanto la necesidad de un cambio en el modelo político y de una nueva reforma del Estado a partir de la llamada transición a la democracia. El retorno del PRI en 2012 significó el fracaso de consolidar diferentes reformas, así como la imposibilidad de la izquierda por acceder al poder, aunado a la mala administración gubernamental, alimentada por la falta de consolidación de diversas reformas estructurales, tolerar una rampante corrupción, así como el desprestigio de la clase política, entre otras, las cuales propiciaron las condiciones necesarias para que el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) conquistara en 2018 el triunfo electoral.
En este contexto, las alianzas electorales en el actual proceso electoral deben ser entendidas bajo la connotación de pragmatismos extremos, ya que se han formado entre partidos con antagonismos ideológicos (derecha e izquierda), funcionando como único recurso por parte de los partidos de oposición para derrotar a MORENA y sus aliados en las urnas, y que no necesariamente se traducirán, dependiendo de sus resultados electorales, en la generación de gobiernos de coalición, construcción de programas de gobierno plurales o la integración en el ejercicio de gobierno de diversas ideologías políticas producto de estas alianzas.
Por tanto, el buen desempeño electoral de los partidos se explicará por llevar a cabo diferentes estrategias de campaña, alianzas con otros partidos, así como el desencanto de la población relacionado con el hartazgo, el descontento y la falta de credibilidad, por parte de la ciudadanía, respecto a las diferentes opciones políticas y sus ejercicios de gobierno, así como las divisiones internas que adolezcan muchos de ellos.
En comparación con elecciones anteriores, partidos como MORENA o MC han aumentado su nivel de votación contrastando con la baja electoral y divisiones que han experimentado otros como el PRI o el PAN. Los resultados electorales que arroje la contienda electoral del 2 de junio colocarán a determinados partidos en posiciones políticas que les permitirán, o no, obtener la presidencia del país, así como contar, o no, con amplio margen de maniobra para el impulso y aprobación de diversas iniciativas, reformas y ejercicio de gobierno en favor de la ciudadanía que haya (mayoría), o no (minoría), votado por ellos.
Estamos a poco menos de 30 días. Se va a poner interesante.
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