El relato bíblico de la resurrección de Lázaro es uno de los 36 milagros registrados en la biblia realizados por Jesús de Nazareth, el cual puede encontrarse en Juan 11:1-44, donde se narra la resurrección de su amigo, Lázaro de Betania, mismo que aparece en diferentes ocasiones en los Evangelios dada las visitas que a su casa lleva a cabo Jesucristo, morada en la cual transcurre la historia de Marta y María, hermanas de Lázaro y discípulas del nazareno.

El pasaje en comento relata como los tres hermanos, amigos muy queridos de Jesús, a los cuales visitaba y se quedaba con ellos, un día sus hermanas le mandaron avisar que Lázaro estaba muy enfermo. Estando lejos de Betania, y dado que sus discípulos temían ir ante la amenaza de que les hicieran daño, puesto que los judíos habían intentado apedrear a Jesús en Judea, cuando arribaron al lugar, Lázaro llevaba cuatro días en el sepulcro. Ante ello Jesús se dirigió al lugar, al llegar ahí ordenó quitar la piedra, y alzando la vista al cielo y dando gracias al Padre gritó con todas sus fuerzas ¡Lázaro, Sal Fuera!, a lo cual el difunto salió con las vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario, exclamando Jesús “quítenle las vendas y dejen que se vaya”.

Este relato es uno de los más representativos, el cual aparece en otro milagro contenido en los evangelios sinópticos, correspondientes a Marcos, Mateo y Lucas, llamados así porque ven todo junto, es decir, describen la vida y enseñanzas de Cristo de la misma manera (los cuales relatan muchos milagros, parábolas y enseñanzas), asociándole, equivocadamente, la frase “Levántate y anda”, misma que se encuentra en el poema del andaluz, Gustavo Adolfo Bécquer, Rima VII (El arpa), el cual versa en su última estrofa: ¡Ay! -pensé-, ¡Cuántas veces el genio/ así duerme en el fondo del alma/ y una voz, como Lázaro, espera/ que le diga: Levántate y anda!

Y así como Lázaro se levantó y anduvo, el jueves pasado, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, nombró, como ya ha sido costumbre jueves a jueves, a Lázaro Cárdenas Batel, hijo de Cuahutémoc Cárdenas Solórzano, tres veces candidato a la presidencia de la República, fundador del PRD y primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal; y nieto del general Lázaro (Tata) Cárdenas del Río, presidente de México de 1934 a 1940 y artífice de la expropiación petrolera; como Jefe de la Oficina de la Presidencia.

Cárdenas Batel, etnohistoriador graduado de la ENAH, de 60 años de edad, experto en migración y procesos electorales en Latinoamérica, se ha desempeñado en política y la administración pública como diputado, senador y gobernador por Michoacán, miembro del Think Tank Diálogo Interamericano entre 2010 y 2018, asesor especial de la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños entre 2023 y 2024, y hasta 2023 Coordinador de Asesores de la Presidencia de la República de la actual administración, fue en principio, contemplado para presidir la embajada de México en Estados Unidos y ser considerado como candidato para dirigir PEMEX, cargo que rechazó, después de llevar a cabo un análisis de la organización, ante los altos costos políticos, sociales y financieros que ello implicaría: una inyección de 2 mil millones de dólares, recursos que seguramente serán difíciles de suministrar, así como llevar a cabo el despido de 40,000 trabajadores del Sindicato Petrolero.

Y digo que se levantó y anduvo ya que, siendo jefe de asesores de la presidencia, en la mañanera del el 31 de enero de 2023, su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó el que su padre, el ingeniero Cárdenas, hubiera asistido a una reunión en el World Trade Center y haberse incorporado al Colectivo por México, integrado entre otros por Dante Delgado, Francisco Labastida, Beatriz Pagés, José Ramón Cossío, Enrique Krauze, José Narro y Josefina Vázquez Mota, señalando el presidente que se encontraba más cerca del bloque conservador que del proyecto de la transformación, calificándolo, a pesar de estimarlo, respetarlo y considerarlo como un precursor de su movimiento, como su adversario político. Ante ello Batel presentaría ese mismo día su renuncia en solidaridad con su padre, siendo la ironía del caso que Cuahutémoc no haya asistido a tal reunión ese u otro día, ni haber formado parte de tal grupo. Ante ello, se mencionó que Batel había sido nombrado secretario técnico de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la cual no contempla en su organigrama secretaría técnica alguna, y encargado de la relación con los médicos cubanos, posiciones ambas que habría rechazado tajantemente, hasta ser llamado por la presidenta electa, a la cual conoce hace 37 años.

La designación de Cárdenas Batel como Jefe de la Oficina de la Presidencia reivindica el legado histórico de Cuahutémoc Cárdenas, a quien apoyó la presidente electa, como una de las líderes del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), en su candidatura presidencial en 1988, así como hacer patente el estilo de gobernar que tendrá la futura mandataria, dada la capacidad de su novel Jefe de Oficina, de entablar diálogos y negociaciones con empresarios, organizaciones y personas de cualquier sector social del país, cerrando con ello el malentendido y apoyándola en el seguimiento a los temas estratégicos del gobierno y las relaciones con distintos sectores.

La Oficina de la Presidencia de la República (OPR), creada durante el gobierno de Carlos Salinas y cerrada después de la salida de Alfonso Romo de la misma en el presente sexenio, tiene como objetivo apoyar directamente al presidente para el cumplimiento de sus tareas y para el seguimiento permanente de las políticas públicas y su evaluación periódica. Sin duda Lázaro se ha levantado al regresar y andar nuevamente en los pasillos de palacio nacional, en una oficina contigua a la de la presidenta; nada mal para un perfil muy discreto y profesional, seguiremos de cerca el desarrollo se su nuevo encargo.