Huanímaro, Guanajuato.- En el municipio de Huanímaro, los productores que se arriesgaron a sembrar agave también tienen incertidumbre sobre el futuro de la producción de esta planta, que en poco menos de dos años sufrió un catastrófico derrumbe de los precios, de los 27 a los 2.50 por kilo que se comercializan en la actualidad. Cientos de hectáreas de terrenos de cultivo continúan sembradas con agave, algunos aún mantienen las esperanzas de que el precio se recupere y vuelva a ser competitivo.

Derivado de la falta de rentabilidad de los cultivos tradicionales como el trigo, sorgo y maíz, aunado a múltiples problemas que sufrieron los agricultores del municipio en los últimos años, como la presencia de plagas, el incremento desmedido en los precios de fertilizantes e insumos agrícolas, así como la falta de lluvias, orillaron a decenas de productores a abandonar las siembras tradicionales para adoptar el cultivo de agave.

Motivados por millonarias ganancias que se obtenían de la comercialización de la materia prima que se necesita en el país para la fabricación de tequila, cientos de productores decidieron invertir el poco dinero que tenían a la mano para sembrar sus tierras con agave. Al cabo de algunos años y al ver que efectivamente fue algo que les cambió la vida, muchos agricultores se fueron sumando a esta iniciativa y generaron la siembra de cientos de hectáreas de terrenos de cultivo con agave.

Sin embargo y de manera catastrófica para el sector, El agave pasó en menos de dos años de venderse de 27 pesos por kilo a apenas 2.50 pesos por kilo, con riesgo de que el precio continúe bajando a consecuencia de la sobreproducción que hay de la materia prima.

 
 

“Np sabemos que es lo que va a pasar, algunos han conseguido marcas para poder fabricar ellos el tequila, pero habemos muchos que no podemos hacer una inversión de esa naturaleza, de alguna manera somos nosotros los que estamos más preocupados porque no sabemos qué destino tendrá el precio del agave”, afirmó Ramón Ortiz productor de agave de la comunidad Otates.

En su caso, tiene algunas tierras propias sembradas con esta planta pero también debe pagar la superficie que rentó para mejorar la productividad. “Imaginate, estar pagando casi 50 mil pesos de renta más 50 mil pesos de mantenimiento al año, por hectárea, sin saber si el precio del agave va a subir de nuevo, es algo que no nos deja dormir a muchos que nos dedicamos a esta actividad”, señaló el entrevistado.

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