Pasadas las elecciones, nuestras autoridades, ahora si se pueden dar el lujo de aplicarnos la amarga medicina, consistente en el aumento de los impuestos; frente a la falta de ingresos para su sostenimiento, pues consideran que ya no está en riesgo su permanencia en el gobierno. O el rechazo en las urnas, muy pronto, nos muestran su verdadera cara, ya que por el contrario el pueblo va tener que seguir aguantando sus gastos superfluos, onerosos, extravagantes, como el gasto sexenal en publicidad, que durante el pasado gobierno del estado, fue de mas de 2000 Dos mil millones de pesos, sin contar el pago de conciertos y videos de diversos artistas. Mientras que Guanajuato, atraviesa una crisis de abastecimiento de agua, debido a las sequías y una crisis de seguridad.
Nuestro sistema tributario se dice es progresivo, lo que significaría, que las personas y empresas con mayores ingresos están sujetas a una tasa impositiva más alta. En general, los contribuyentes con mayores ingresos son quienes deberían pagan más impuestos en el país. Sin embargo, vemos como son los obreros, empleados y en general las personas físicas, como contribuyentes cautivos, a quienes se les efectúan los descuentos de manera directa, son a quienes realmente se les retienen estos impuestos.
Es de llamar la atención el caso que presentan los maestros de nuestro estado, esos a quienes tendríamos que estar agradecidos por la labor formadora que realizan, educando mejores ciudadanos. Resulta alarmante la denuncia que hacen de que la retención y descuentos a sus salarios, no es la correcta. Pues esto indica que algo no anda bien, o que no se están haciendo correctamente los descuentos, o que los adeudos que se tienen con el Sistema de Administración Tributaria se deben a errores en las retenciones o en los pagos realizados. La demanda de los maestros, para que se les aclaren los descuentos resulta ser legitima, y el gobierno tendrá que transparentar que está sucediendo.
Pero ese no es el único caso que nos llama la atención, ya que el pasado jueves 7 siete de noviembre el H. Ayuntamiento de León, aprobó un incremento en el impuesto predial, proyectado para el próximo año 2025, en función del valor fiscal de los inmuebles, aplicando una tasa progresiva de 2.34 a 2.71%, de igual forma prevén según sus cálculos, que dicho aumento afecte solo al 8.96 % de la población. Ya veremos como se encarecen las rentas.
También se aprobó en la iniciativa de la Ley de Ingresos para el municipio de León, que prevé ingresos de más 9 mil millones de pesos y la actualización del Plano de Valores de Terrenos, para establecer la base de los avalúos catastrales. Así como un aumento a las tarifas de agua potable, con un incremento del 0.85% para quienes consuman más de 31 metros cúbicos mensuales en León.
Esto se traduce en un encarecimiento de la vida en nuestra ciudad, con las consecuencias que ello tiene, es de hacer notar, que sabemos que a nadie le gusta pagar impuestos, pero si a ello le agregamos, la falta de aplicación correcta de los impuestos al gasto público, faltando a uno de los principios que los rigen, y le agregan la insensibilidad y falta de empatía de nuestros gobernantes con el grueso de la población a quienes el sueldo ya no les alcanza, ni para lo más básico; seria bueno que las autoridades antes de pensar en aumentar los impuestos, revisaran bien el gasto público, redujeran sus salarios como alta burocracia, priorizando aquellas necesidades urgentes, para evitar esos gastos superfluos en publicidad, onerosos y excéntricos, sobre todo en propaganda, que al final de la administración, son recursos tirados a la basura, porque ni siquiera cumplen con la función de mejorar su imagen; por el contrario, se llega a saturar tanto la ciudad con la imagen de los alcaldes, que se hacen odiosos a la población en general. Recuerden que como dice el dicho “en arca abierta, hasta el mas justo peca”.