Guanajuato, Guanajuato.- Habitantes de la comunidad Mineral de Santa Ana denuncian deficiencias en la recientemente instalada red de distribución de agua potable.
Los habitantes de este poblado minero, ubicado al norte de la cabecera municipal, señalan que la nueva red de agua potable, que comenzó a instalarse en agosto del año pasado por parte del gobierno, está plagada de fugas, lo que está provocando un enorme desperdicio del vital líquido en esta zona serrana de Guanajuato capital.
“Nos están dando un mal servicio, hay muchas fugas y toda esa agua nos la están cobrando… Nos mandaron casi 5 millones de pesos para instalar la red de agua, y solo hicieron mal trabajo. Actualmente somos 226 tomas, y a lo mucho hay 150 en funcionamiento. Ellos ya se están haciendo de la vista gorda, toda la gente que no tiene medidores está recibiendo agua de forma gratuita, mientras que a los que tenemos medidor nos están cobrando más”.

Un vecino de la comunidad aseguró que el gobierno municipal, a través del organismo operador del agua en el municipio, el SIMAPAG, utilizó las viejas tuberías que ya estaban instaladas hace años para conectar las nuevas tuberías, a pesar de que el presupuesto de 4 millones 12 mil 938 pesos asignado para la obra aparentemente contemplaba la renovación completa de las tuberías. Esto estaría ocasionando parte de las fugas, ya que la presión con que llega el agua desde el tanque El Borrego, ubicado arriba de Valenciana, está reventando las viejas instalaciones.
“Viene del tanque El Borrego (el agua) y trae más presión, por eso está reventando toda la tubería vieja, porque no nos instalaron toda la red de agua, solo una parte y reutilizaron la red que tiene 40 años. Con la fuerza del agua, está dañando las instalaciones y esas fugas nos afectan, ya que se desperdicia más de lo que estamos consumiendo”.
Además, algunos habitantes de la comunidad se quejan de que el agua llega sucia.
“Hay mucha gente que se está quejando, porque el agua llega con olor a cloro, pero después de tres o cuatro días, empieza a formarse una capa verde, lo que indica que no está bien filtrada”.
Otra queja es que al menos 15 viviendas, ubicadas en las zonas altas de la comunidad, están sin agua, a pesar de haber pagado su contrato con el SIMAPAG. Las tuberías que debían haber llegado hasta estas viviendas se quedaron a más de 80 metros de distancia, por lo que estas personas siguen teniendo que comprar pipas de agua para abastecerse.
“Por ejemplo, a mí que vivo en la parte más alta, me dejaron la tubería bien abajo, a 80 metros de distancia. El contrato decía que la toma sería afuera de mi casa, pero no es así. Ya metí un escrito, pero me siguen cobrando. Me dijeron que podría recibir apoyo con la tubería, pero tendría que pagar toda la mano de obra. ¿Cómo? Si ya pagué… El gobierno destinó un presupuesto para esto, pero ¿qué hizo el encargado? Se robó el dinero”.

Por último, algunos pobladores de Mineral de Santa Ana denunciaron que sus recibos están llegando excesivamente caros, de hasta $800 por vivienda, lo que está afectando seriamente su economía. Ellos aseguran que les están cobrando el agua que se desperdicia por las fugas, que consideran responsabilidad del SIMAPAG.
“Son recibos altísimos… hay gente a la que le sale hasta $800 o $1,100 el recibo de agua. ¡Es un abuso!”
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