Ciudad de México, México.- Brenda Agüero, la enfermera que fue declarada culpable por el asesinato de cinco bebés y el intento de homicidio de otros ocho en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, cumplió 30 años en prisión este mes, mientras avanza con sus estudios de abogacía desde la cárcel de Bouwer, donde permanece detenida desde agosto de 2022.

La sentencia fue dictada tras un extenso juicio por jurados populares que comenzó en enero y se extendió por meses. La lectura del fallo coincidía inicialmente con el 2 de junio, fecha de su cumpleaños, pero se postergó por la extensión de los alegatos. Fue apenas días después cuando Agüero escuchó su condena a prisión perpetua.
¿Quién es Brenda Agüero?
Antes de convertirse en el rostro central de uno de los casos más estremecedores en la historia reciente de la salud pública argentina, Agüero era vista como una enfermera dedicada y disciplinada. Estudió en el Instituto San Nicolás del Sindicato de Empleados Públicos y se graduó con buenas calificaciones. Su obsesión —según sus propias palabras en el juicio— era ingresar al Hospital Neonatal:
“Me costó muchísimo ingresar, recibí un montón de ‘no’ por todos lados. Quería entrar”, declaró.
Finalmente logró su objetivo en 2020. Para cuando comenzaron a registrarse muertes y descompensaciones inusuales de bebés en el hospital —entre marzo y junio de 2022—, ya llevaba un año y ocho meses de servicio. La investigación interna terminó con su detención el 19 de agosto de ese año, por orden del fiscal Raúl Garzón.

¿Cómo fue el juicio?
Durante el juicio, Agüero se mostró emocional en ocasiones, especialmente al hablar de su madre, quien no faltó a ninguna audiencia. Sin embargo, ante los testimonios de las madres de los bebés fallecidos, muchas de las cuales la señalaron directamente, mantuvo una actitud distante, incluso impasible.
En su última palabra ante el tribunal, la enfermera llegó a desafiar los testimonios de las víctimas:
“Me dolió ver a las mamás sentadas con un papelito. Decís ‘se te murió un hijo’, ¿para qué guionarlas? Perdón, pero me resultó chocante”, expresó.
Agüero ha insistido en que es inocente y que fue víctima de un proceso marcado por el impacto mediático:
“Me construyeron como una asesina serial. Yo no soy eso”, repitió en varias declaraciones.
Una vida tras las rejas

Soltera y sin hijos, Agüero vivía con su madre y dos hermanas menores en Río Ceballos, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Su familia organizó una misa en su cumpleaños en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores para “reflexionar y pedir justicia” por ella.
Desde su celda en Bouwer, la enfermera ahora cursa la carrera de Derecho, toma clases de yoga, pilates, participa en talleres de artesanía y en actividades religiosas. Dice que su objetivo es recibirse de abogada.
Uno de los momentos más reveladores del juicio fue la exposición del informe pericial psicológico, psiquiátrico y social, que analizó la personalidad de Agüero. Los expertos concluyeron que presenta rasgos narcisistas, autorreferenciales y psicopáticos, con baja empatía y una fuerte necesidad de control y reconocimiento.
El documento advierte que su comportamiento podría estar impulsado por “inseguridades, sentimientos de inadecuación y debilidad no reconocidos, que son reemplazados por una aparente frialdad emocional”. Estos rasgos, según los especialistas, alimentan su necesidad de ocupar posiciones de poder y de destacarse en entornos donde pueda obtener admiración.
