Empalme Escobedo es un pequeño pueblo que forma parte del municipio del Comonfort, Guanajuato. Es la segunda localidad más poblada, por esta razón una vez les pareció buena idea consolidarse como un municipio más, pero no lo logró debido a que aún le faltan habitantes para ser considerado uno; en el 2020 había un total de 13.991 habitantes según el INEGI. Mi familia y yo somos parte del número.

La localidad fue fundada entre 1901 – 1903 con la llegada del ferrocarril, la ruta México – Nuevo Laredo; según la SIC México, la compañía del ferrocarril Nacional de México compra tierras de la hacienda de Guadalupe, Hacienda de Melgar y del molino de Soria, esto para suplir la necesidad de convertir la vía angosta a vía ancha, modificar la ruta original, la construcción de un patio de maniobras y una estación de trenes.

El nombre de Empalme viene del empalme que se hace con las vías el tren en el patio del ferrocarril; un patio ferroviario tiene como función, al menos el de maniobras, la composición y descomposición de los trenes de carga compuestos por vagones aislados. Y el “Escobedo” nadie sabe de dónde viene, anteriormente era ¨Gonzales¨ por el apellido de los dueños de la hacienda de Guadalupe, o al menos eso escuche de la conversación de dos señores en el jardín principal, el único que tenemos y está justo al lado de las vías.

Hay quienes dicen es por el general Mariano Escobedo y una versión que no conocía pero encontré en la página oficial de Facebook de cultura y tradiciones populares de Comonfort dice que el entonces señor presidente Plutarco Elías Calles pasaba de visita a la estación y cuando escucha el nombre del pueblo no le gusta y pide que se lo cambien. Nadie sabe a ciencia cierta la razón sobre el cambio del nombre, sólo son leyendas que pasan de voz en voz por los Escobedences que se sientan a platicar en jardín mientras ven pasar los vagones del tren y los grafitis que hay en ellos. Lo que sí es cierto es que en 1924 el congreso del estado de Guanajuato decreta el cambio de nombre de Empalme Gonzales a Empalme Escobedo.

Algo de lo que todos se quejan es cuando se les atraviesa el tren, porque me parece importante señalar que las vías parten por mitad el pueblo y pasar de un lado al otro es una misión que únicamente logras con mucha suerte, de hecho, mi mamá cada que se nos atravesaba el tren nos hacía decir un Salmo bíblico con la promesa de que cuando termináramos el tren ya habría pasado y les puedo asegurar que son contadas las veces que no funcionaba su método. Usualmente cuando no conoces el consejo de mi mamá o no cuentas con suerte y se atraviesa el tren cuando más prisa tienes, se dice ¿A quién se le ocurrió construir una estación de trenes a la mitad de este pueblo? Lo cierto es que llegó primero el tren, con la construcción de las vías llegaron las oportunidades de nuevos empleos no sólo por el ferrocarril sino por los establecimientos que necesitarían personal para atender a los ferrocarrileros que ya se habían establecido en la zona; ¿Alguna vez han visto las casitas que normalmente están alrededor de una estación de trenes que su techo termina en punta? Pues esas casas eran mandadas a construir por el ferrocarril para que ahí vivieran sus trabajadores que al menos en Escobedo son de las primeras casas que se construyeron allí de cuáles muchas siguen en pie, aunque esa es la versión que da mi papá; que no por ser de él dudo que sea cierta.

Por ambas partes de mi familia he estado enlazada, por decirlo de alguna manera, al ferrocarril, mi abuelo materno era vigilante en la estación y mi bisabuelo fue jefe de estación y del patio de movimientos, mi papá era el chicle de su abuelo así que nunca he puesto en duda las historias que me cuenta.

Mi abuelita materna también trabajó en el tren, era de las que subía a vender botanas para el camino, eso es lo que me contaban mis tías cuando era niña, otra peripecia de mi abuelita es que una vez dejó su dinero en la bolsa del delantal y la bolsearon, entonces ahora cada que tengo que moverme yo sola en el camión mi mamá me sermonea con esa historia.

La magia del ferrocarril termina en el 2005 cuando la empresa Kansas City Southern compra todas las acciones del grupo Transportación Ferroviaria Mexicana y los vagones se vuelven exclusivamente de carga, ahora sólo los que viajan por las vías además de los maquinistas son las personalidades importantes de la empresa ferroviaria.

Para concluir con uno de los temas más importantes y abrirle paso al que viene con un guiño en este, es necesario saber que en Escobedo celebramos el día del ferrocarrilero, para muchos con carro es el día más feliz del año.

El 7 de noviembre de 1907 cerca de Nacozari, Sonora, un tren mal cargado con dinamita está a nada de arder en llamas y el maquinista Juan Corona García de 25 años le pide a su cuadrilla que salte del tren en movimiento mientras él lleva los vagones con dinamita lo más lejos del pueblo de Nacozari para entonces también saltar, lastimosamente perdió la vida en la explosión.

En esa fecha las escuelas de Empalme Escobedo, casi siempre solo los preescolares y primarias, organizan un pequeño desfile hasta el jardín principal donde está el busto de Corona García, se hacen los honores a la bandera, te cuentan la historia del héroe y terminando te llevan de regreso a la escuela si eres de primaria, pero si eres de preescolar tu mamá pasa por ti al jardín. Los niños más pequeños normalmente van caracterizados como trabajadores del ferrocarril y al terminar el acto cívico las mamás les toman fotos en las maquinas del tren que están estacionadas.

*Este trabajo es un ensayo reportaje que si bien cumple con tales características la realidad es que es un trabajo para honrar las memorias que tengo del lugar donde crecí. El ensayo completo tiene tres apartados aparte de este.