Tarimoro, Gto.- Con 39 años de edad, Martín Manuel Martínez Jiménez, conocido con afecto entre su comunidad como “El Bañao”, es hoy un ejemplo de fortaleza y perseverancia.

Nacido y criado en el municipio de Tarimoro, Guanajuato, Martín ha dedicado gran parte de su vida al servicio público, pero también al deporte y a la búsqueda constante de crecimiento personal, incluso frente a circunstancias que pudieron haberlo detenido por completo.

La vida de Martín cambió drásticamente el 4 de octubre de 2019, cuando, durante una reunión de trabajo en el Puerto Interior de León, una estructura colapsó repentinamente.

La terraza de un local donde se encontraban desayunando cedió sin aviso, provocando un accidente que lo dejaría con graves secuelas físicas, perdió su pie derecho y sufrió una fractura severa en el izquierdo. Sin embargo, en lugar de resignarse a la tragedia, eligió enfrentarla con valor y determinación.

“En el momento del accidente, lo único que pensaba era en sobrevivir”, relata.

Gracias a su rápida reacción, logró improvisar un torniquete con su cinturón antes de ser auxiliado por un trabajador que se encontraba en el lugar. Lo que siguió fue un proceso largo y complejo de recuperación, que incluyó múltiples cirugías, rehabilitación, adaptación a una prótesis y, sobre todo, un profundo proceso emocional y psicológico.

Tarimoro encuentra en ‘El Bañao’ un modelo de fortaleza ante la adversidad

Egresado de la carrera en Psicología Organizacional, Martín supo desde un principio que el bienestar emocional sería clave en su recuperación. Buscó acompañamiento profesional, habló con una tanatóloga para procesar la pérdida y contó en todo momento con el respaldo incondicional de su esposa, hijos y familia.

Previo al accidente, Martín era un apasionado del atletismo, el ciclismo de montaña y el senderismo. Incluso llegó a desempeñarse como árbitro profesional. Tras la amputación, lejos de abandonar su pasión por el deporte, ha convertido la actividad física en una herramienta de autoconocimiento, disciplina y motivación. Actualmente asiste con regularidad al gimnasio, ocasionalmente corre, y continúa promoviendo estilos de vida saludables.

“La prótesis no me limita; al contrario, es una herramienta que me permite seguir adelante. Cada día es un nuevo reto, pero también una oportunidad para mejorar”, señala.

Su historia ha impactado a muchas personas dentro y fuera de su entorno inmediato. Verlo activo, comprometido y entusiasta genera admiración.

“Muchos se me quedan viendo, se sorprenden al ver que hago ejercicio, que sigo adelante. Me han dicho que, si yo puedo, ellos también. Eso, para mí, ya es una cadena de bien”.

Además de su rehabilitación física, Martín ha continuado desarrollándose profesionalmente. Ha ocupado diversos cargos en la administración pública municipal y estatal, y desde hace un año es regidor del Ayuntamiento de Tarimoro, cargo que desempeña con vocación y entrega.

En cada espacio, su compromiso con la ciudadanía es evidente, sobre todo en temas relacionados con el deporte, la inclusión y el desarrollo humano.

“Mi mayor anhelo es estar bien conmigo mismo, para poder ser mejor padre, mejor esposo, mejor servidor público. Ayudar a los demás también es una forma de ayudarme a mí mismo”, concluye con serenidad.

Martín Martínez no es el mismo desde aquel 4 de octubre, pero es, sin duda, una versión más fuerte, más consciente y profundamente humana. Su historia es un testimonio de que, incluso ante la adversidad más dura, la voluntad de vivir con sentido, de servir y de seguir creciendo, puede más que cualquier obstáculo.

Noticias de Tarimoro hasta hoy:

Hallazgo de tres cuerpos en banco de material enciende alertas en Tarimoro

¿Buscas una aventura en medio de la naturaleza? Visita el Rancho Hermanos Mendoza en Tarimoro

Rescatan a 17 personas atrapadas por crecida repentina en cascada de Tarimoro