Es una triste realidad la falta de apoyo a los artesanos. El caso de Adidas no es un caso aislado, otras empresas lucran con artículos ‘inspirados’ en diseños tradicionales

Adidas aceptó reparar el daño a Villa Hidalgo Yalálag, luego de plagiar los huaraches tradicionales de la comunidad zapoteca.

A través de un comunicado, Karen Vianey González, directora legal y de cumplimiento de la marca en México, anunció que dialogará con el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara.

El pasado viernes, la presidente Claudia Sheinbaum aseguró que ya se trabaja en una ley que proteja las creaciones de los pueblos originarios.

Este sábado Willy Chavarría, diseñador del modelo ‘Oaxaca Slip On’, lamentó “profundamente que este diseño haya apropiado el nombre”. Pero la denominación del producto no es el verdadero problema, sino la copia descarada de las sandalias elaboradas en comunidades de Oaxaca y también Michoacán.

¿Cuál es el límite entre la influencia y el plagio? Chavarría no es el primero que se ha ‘inspirado’ en prendas tradicionales, que se comercializan a precios mucho más altos que los artículos originales.

Cuestión de marcas

Willy Chavarría nació en California. Su más reciente colección lleva por nombre ‘Huron’, en honor a la ciudad donde creció. Las prendas que la conforman recuerdan la moda de los años cuarenta, son elegantes y enfatizan las siluetas de hombres y mujeres. Se trata de un estilo muy diferente al que el diseñador maneja en Adidas; las creaciones que realiza para la marca incluyen elementos de la cultura chicana (lo cual tiene sentido, tomando en cuenta la fuerte presencia latina en California).

Resulta curioso que Chavarría eligiera un elemento tan característico de las comunidades indígenas, que incluso rompe con la línea que sigue dentro de la marca.

El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) acusó a Adidas de apropiación cultural y la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca exigió suspender la comercialización de las ‘Oaxaca Slip On’.

Es importante resaltar que el producto cuesta alrededor de 2 mil 250 pesos. Los mismos huaraches hechos 100% a mano, los venden artesanos por entre 400 y 800 pesos. Mientras que las sandalias de Adidas se fabrican en serie, un modelo artesanal ofrece autenticidad, aunque sigan un mismo patrón, cada pieza tiene su propio proceso y detalles. Pero los compradores ignoran ese valor agregado y hasta regatean el precio a los artesanos.

Por otra parte, no le ponen ‘pero’ al precio del producto de Adidas, porque sabemos que pagar por marcas es una costumbre ya arraigada en nuestra sociedad consumista y aspiracional.

Es una triste realidad la falta de apoyo a los productos artesanales. El caso de Adidas no es un caso aislado, otras empresas venden con éxito ropa, joyería, calzado, accesorios, ‘inspirados’ en diseños tradicionales.

Uno de los casos más sonados ocurrió en 2022, cuando Ralph Lauren lanzó un suéter tipo cardigan en el que plagiaba una técnica originaria de Acámbaro. El textil está registrado en el libro de Eugenia Yllades, ‘Telares y tejedores: textil artesanal de Guanajuato’. La renombrada marca internacional tuvo que disculparse con los artesanos.

Se supone que la industria de la moda está llena de mentes geniales. Pero no siempre funciona así, incluso los más innovadores y transgresores pasan por bloqueos creativos, y entonces roban, justificando que ‘se inspiran’.

Tendencias

La apropiación cultural se define como la adopción de elementos de una cultura por parte de otra, por lo general dominante.

Seguro han escuchado hablar de los ‘tuluminati’. El término mezcla ‘Tulum’ e ‘Illuminati’ para referirse a un grupo de personas, casi siempre extranjeros, que viven en las playas mexicanas, promoviendo prácticas espirituales que los conectan con la madre Tierra. En resumen, hippies privilegiados.

Estos individuos son un claro ejemplo de apropiación cultural. La ropa de manta, los bordados y sandalias, son para ellos una tendencia, casi un disfraz. Recrean rituales propios de grupos originarios, sin conocer a fondo su significado, adoptan un estilo de vida por moda (mismo que pueden abandonar en cuanto se harten o algo más se ponga en boga).

Los ‘tuluminati’ tuvieron tal impacto que se convirtieron en un nuevo estereotipo.

Y ya que hablamos de estereotipos, los prejuicios y la caricaturización de ciertas etnias o grupos sociales, los vulnera ante la apropiación cultural. Sucede con frecuencia a las personas afrodescendientes. Su música, peinados, lenguaje, han sido adoptados y descontextualizados por otras culturas.

Es un fenómeno confuso. Mientras persisten el racismo y la discriminación, esos pueblos que enfrentan el rechazo sistemático de la sociedad son las principales víctimas del robo de sus elementos distintivos. Es un problema serio, ya que implica una relación de poder en la que cuentan con pocas herramientas para defender sus creaciones, su identidad.

La ignorancia, convertir una cultura en moda, banalizar las tradiciones de ciertos grupos, son acciones con múltiples consecuencias, que suelen minimizarse.

Una disculpa o una compensación económica a las comunidades oaxaqueñas plagiadas por Adidas son un paso importante, aunque pequeño. Urge la protección de la propiedad colectiva de los indígenas.

LO SUPERFLUO: Adidas y el diseñador Willy Chavarría reconocieron su error y ofrecieron disculpas por el plagio.

LO PROFUNDO: La imitación y reventa de artesanías continuará, y tristemente los consumidores son parte del problema.