Celaya, Gto.- La esperanza de volver a ver con vida a Lilia Yadira Parra Cervantes terminó en tragedia. La mujer de 40 años, reportada como desaparecida desde el 2 de enero de este año, fue localizada sin vida luego de más de siete meses de intensa búsqueda.
La confirmación se dio este lunes a través de la página oficial de Protocolo Alba Guanajuato, donde se actualizó su ficha de búsqueda con la leyenda “Localizada” en letras negras, lo que en términos oficiales significa que la persona fue encontrada sin vida.
El caso de Lilia Yadira comenzó a inicios de 2025, cuando salió de su casa en Celaya sin que se volviera a saber de ella. De inmediato, su familia acudió al Ministerio Público a denunciar la desaparición, lo que derivó en la emisión de la cédula Protocolo ALBA GTO-0011/2025.
En dicha ficha se detallaba su vestimenta al momento de desaparecer blusa y tenis blancos, pantalón de mezclilla azul además de cicatrices visibles en pierna izquierda, abdomen y brazo izquierdo, características que podían ayudar en su identificación.
Durante semanas, su fotografía circuló en redes sociales y cadenas de WhatsApp, replicada por familiares, amigos y colectivos que se sumaron a la búsqueda. El temor de que la mujer fuera víctima de un delito estuvo presente desde el inicio.
El hallazgo de Lilia Yadira se suma a una estadística preocupante
El hallazgo de Lilia Yadira se suma a una estadística preocupante en el estado: 23 mujeres han sido encontradas sin vida en Guanajuato después de emitirse una alerta de búsqueda del Protocolo Alba. De ellas, siete corresponden a Celaya, lo que refleja la gravedad del problema de desapariciones en la región.
Hasta el momento, la Fiscalía General del Estado no ha brindado detalles sobre el lugar o las condiciones en que fue localizado el cuerpo, ni sobre las posibles líneas de investigación para esclarecer su muerte.
Las autoridades únicamente han confirmado que el caso sigue en proceso y que se trabaja para determinar responsabilidades.
Mientras tanto, la familia de Lilia Yadira enfrenta el dolor de su pérdida y la exigencia de justicia se suma a la voz de muchas otras familias guanajuatenses que buscan respuestas ante la creciente violencia contra las mujeres.
