Pénjamo, Gto.- Con disciplina, esfuerzo y pasión, Ana Paula Ventura López, bailarina de Pénjamo, ha sabido abrirse camino. A pesar de los obstáculos, logró convertir su amor por la danza en un proyecto de vida: su propia escuela de ballet.
Ahora, ese sueño da un paso más al presentarse por primera vez en el Teatro de la ciudad de Irapuato, una meta que la llena de orgullo y que la acerca a su mayor anhelo: presentarse algún día en el Teatro Juárez.
De principiante a convertirse en orgullo de Pénjamo
El gusto por esta disciplina llegó a su vida cuando tenía entre 18 y 19 años, al ser invitada a clases en la Casa de la Cultura. Sin experiencia previa, fue aceptada en el grupo, lo que la motivó a descubrir cómo podía dedicarse profesionalmente al ballet.
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Paralelamente estudió Administración de Empresas y Pedagogía, y tras años de preparación hoy cuenta con 8 años de experiencia como maestra de ballet, combinando sus conocimientos académicos con la enseñanza artística.
Lesiones y cuidados en la danza
Consciente de que en todo deporte existen riesgos, Paula enfatiza la importancia de la técnica y la preparación. “Como docente mi responsabilidad es cuidar los cuerpos de mis alumnas y trabajar de la mejor manera para evitar lesiones”, expresó.
Señaló que además de una adecuada alimentación, es necesario que las jóvenes tomen en serio esta disciplina. “El ballet no se toma a juego, porque requiere esfuerzo y dedicación”.
De la pandemia al escenario
Durante la pandemia, Paula inició con clases particulares, lo que eventualmente dio paso a la consolidación de su propia escuela. Hoy, ese proyecto ha crecido al punto de dar el gran paso de presentarse fuera de Pénjamo. “Es una emoción muy grande, porque no es solo un logro mío, sino de mis alumnas y sus familias que han confiado en este camino”, dijo.
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Como maestra, considera fundamental seguir bailando para transmitir mejor las sensaciones y técnicas a sus alumnas. “Si yo sigo bailando, puedo explicarles lo que pasa en el cuerpo al moverse con la música”, aseguró.
Planes y sueños por alcanzar
Actualmente, su escuela está afiliada al Consejo Nacional de Danza, que busca mejorar las condiciones para los profesionales del gremio.
Sin embargo, Paula tiene metas aún más altas: lograr la afiliación al Consejo Internacional de Danza, lo que permitiría a sus alumnas presentar exámenes y recibir certificaciones oficiales reconocidas a nivel mundial.
Entre sus mayores sueños está llevar a sus alumnas a presentarse en escenarios icónicos como el Teatro Juárez en Guanajuato.
“Bailar es un sueño que nunca se acaba, siempre hay algo más que aprender y un escenario más que conquistar”, finalizó.
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