Ciudad de México, México.– La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León confirmó que la muerte de Dana, una niña de apenas 4 años, estuvo relacionada con violencia familiar y signos de maltrato infantil. El caso ha conmocionado al municipio de Zuazua y ha encendido las alarmas sobre la necesidad de identificar a tiempo las señales de este grave síndrome.
¿Cómo fue el caso?

El 1 de septiembre a las 18:31 horas, la central de radio recibió un reporte sobre la presencia de una menor sin vida en un domicilio de la colonia Misión Santa Elena, en Zuazua.
La autopsia realizada por el Servicio Médico Forense (Semefo) reveló que Dana presentaba contusión profunda en cráneo, tórax y abdomen, además de múltiples lesiones internas compatibles con síndrome de maltrato infantil.
La Fiscalía informó que agentes ministeriales catearon la vivienda y aseguraron el inmueble para recabar evidencia. Bajo investigación permanecen Rosa Aurora, madre de la niña, de 28 años, y Jorge Alan, su padrastro, de 36, quienes fueron detenidos tras ofrecer versiones contradictorias.

Según las primeras indagatorias, Jorge Alan era quien pasaba más tiempo con la menor, pues no trabajaba y permanecía en casa, mientras la madre salía a laborar. Su argumento de que la niña había sufrido una caída días antes fue descartado, ya que no coincidía con los hallazgos médicos ni con las múltiples huellas de violencia detectadas.
Vecinos de la colonia declararon que la niña era vista en varias ocasiones sin supervisión y en condiciones de descuido, lo que refuerza la hipótesis de un entorno de violencia familiar sistemática.
La Fiscalía Especializada en Feminicidios lleva la investigación con perspectiva de género, y en las próximas horas se definirá la situación legal de los detenidos, quienes podrían enfrentar cargos por homicidio calificado y violencia familiar, delitos con penas que superan los 30 años de prisión.
¿Qué es el síndrome de maltrato infantil?
El síndrome de maltrato infantil es un conjunto de lesiones físicas, emocionales y conductuales que presentan los niños víctimas de violencia reiterada. Fue descrito por primera vez en 1962 y desde entonces se considera un indicador clave para la detección de abuso en la infancia.
Incluye tanto lesiones visibles, como moretones, fracturas y quemaduras, como también afectaciones emocionales y conductuales, entre ellas miedo constante, retraimiento social, ansiedad, bajo rendimiento escolar y señales de abandono.
Los expertos señalan que las principales manifestaciones del síndrome son:
- Lesiones físicas frecuentes o inexplicables.
- Retraso en recibir atención médica.
- Cambios drásticos de conducta (miedo, agresividad, retraimiento).
- Falta de higiene o descuido evidente.
- Relatos inconsistentes de los cuidadores sobre los accidentes sufridos.

El caso de Dana ha causado indignación entre colectivos de derechos humanos y ciudadanía en general, quienes exigen justicia y un mayor compromiso del Estado en la protección de la niñez.
Organizaciones señalaron que la violencia infantil suele estar normalizada dentro de los hogares y que, en muchas ocasiones, las señales pasan inadvertidas por parte de vecinos, familiares o incluso instituciones escolares.
El llamado de especialistas y autoridades es a denunciar cualquier signo de maltrato infantil al DIF o a las fiscalías locales, con el fin de prevenir tragedias como la ocurrida en Zuazua.
“Cada señal de violencia debe tomarse en serio; no se trata de asuntos privados, sino de derechos fundamentales de la niñez”, señalaron colectivos ciudadanos.