“Se sintió mal, fue una emergencia, está con Michelle. Los síntomas ya se habían presentado antes: hipo y vómitos. Esta vez, además, tenía una bajada de tensión. Los policías lo acompañaron”, escribió Flávio en redes sociales.
Una emergencia en medio del proceso judicial

El exmandatario de 70 años permanece en prisión domiciliaria desde principios de agosto, acusado de obstrucción a la justicia. El traslado de este martes no requirió autorización judicial previa, pues la normativa emitida por el juez Alexandre de Moraes establece que, en casos de emergencia médica, la defensa solo debe notificar y comprobar la situación en un plazo de 24 horas.
La crisis de salud ocurre en un momento de alta tensión política y judicial. El pasado viernes, Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de prisión por intento de golpe de Estado contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, además de otros cuatro delitos relacionados. El exmandatario enfrenta además un proceso paralelo por conspiración golpista en el Supremo Tribunal Federal (STF), donde ya se han registrado votos de culpabilidad, aunque recientemente un juez emitió un voto de inocencia.
Bolsonaro ya había abandonado su residencia el domingo pasado, con autorización judicial, para realizarse exámenes médicos tras reportar anemia y malestares derivados de una neumonía reciente. Los médicos identificaron como síntoma recurrente un hipo crónico que en episodios agudos le impide hablar y provoca vómitos. Esta condición se remonta al atentado con arma blanca que sufrió durante la campaña presidencial de 2018, cuyas secuelas aún afectan su sistema digestivo.

El historial clínico del expresidente se perfila como un argumento de peso para que su defensa solicite cumplir la condena en régimen de arresto domiciliario por razones humanitarias, una petición que podría formalizarse tras la publicación íntegra de la sentencia de la semana pasada.
Cada traslado del exmandatario ha generado expectación. Durante su última visita hospitalaria, decenas de simpatizantes lo esperaban con consignas como “vuelve Bolsonaro” y “amnistía ya”, además de entonar el himno nacional. La operación incluyó estrictos controles de seguridad, con registros policiales y dispositivos de vigilancia en el centro médico.

En esa ocasión, Bolsonaro salió del hospital acompañado de sus hijos Jair Renan y Carlos, saludó brevemente a sus seguidores y regresó a su domicilio sin declaraciones públicas.