Ciudad de México, México.– El lanzamiento del primer parque industrial de Playa del Carmen, impulsado por Carlos Antonio Mimenza Novelo, busca corregir una carencia histórica de la ciudad en materia de suelo productivo planificado. La propuesta parte de una realidad evidente para el tejido económico local. La actividad de almacenaje y de transformación ligera opera dispersa, en muchos casos inserta en áreas residenciales, lo que incrementa costos logísticos, congestiona vialidades y dificulta el cumplimiento de normas ambientales.

La ubicación estratégica de Playa del Carmen entre Cancún y Tulum, con enlace carretero hacia Mérida, ofrece una ventaja natural para convertir ese flujo en un nodo logístico moderno y ordenado.

El proyecto plantea un entorno industrial con reglas claras, infraestructura preparada y estándares ambientales verificables. La visión del empresario Mimenza Novelo es reubicar bodegas y talleres en un espacio diseñado para la operación segura y eficiente, con servicios compartidos que mejoren tiempos de respuesta y reduzcan externalidades. El plan maestro considera soluciones de tratamiento de aguas, eficiencia energética, iluminación adecuada para mitigar impactos sobre especies nocturnas y una gestión de residuos que prioriza reducción, reutilización y valorización.

La expectativa es atraer centros de distribución de compañías medianas y grandes, junto con oficios de transformación ligera que hoy carecen de un emplazamiento óptimo.

Carlos Antonio Mimenza Novelo revela claves logísticas y ambientales de su parque industrial

La propuesta se fundamenta en la centralidad territorial de Playa del Carmen, que permite consolidar inventarios y optimizar la última milla hacia hoteles, comercios y obras. La conectividad con las carreteras del sureste favorece ventanas de entrega más predecibles y disminuye recorridos redundantes. El diseño prevé naves y lotes adaptables para almacenaje, carpinterías, herrerías y pequeñas fábricas, con facilidades para la rápida adecuación según necesidades técnicas.

La separación física respecto de zonas habitacionales reduce fricción urbana y mejora la seguridad operativa, mientras que la concentración de cargas y descargas en un polo especializado evita saturaciones en arterias internas de la ciudad.

El enfoque ambiental no se limita a la mitigación sino que se integra a la operación cotidiana. Se respetarán pasos de fauna y se establecerán zonas de amortiguamiento para proteger corredores naturales. La reforestación formará parte de un programa de seguimiento con indicadores públicos sobre consumo de agua y energía, manejo de residuos y emisiones.

La promoción de energías limpias y de logística sostenible se traduce en incentivos para flotas de bajas emisiones y en esquemas de autoconsumo renovable cuando resulte técnicamente viable. Este conjunto de medidas busca demostrar que competitividad y protección del entorno pueden avanzar de manera conjunta.

Impacto comunitario y gestión responsable del entorno

La gobernanza del parque contempla diálogo permanente con autoridades y colonias vecinas, de modo que la infraestructura productiva contribuya al bienestar urbano. Se proyectan mejoras en accesos, señalización y áreas verdes que funcionen como amortiguadores paisajísticos y espacios de uso público. Para Carlos Antonio Mimenza, la ciudad forma parte de un ecosistema amplio y su desarrollo exige considerar la conectividad de hábitats y la gestión responsable del agua. Esa perspectiva se ha reforzado con su experiencia en rescate y rehabilitación de fauna, que aporta sensibilidad operativa al diseño del proyecto.

El empresario subraya que la planeación previa a la obra es decisiva para minimizar desplazamientos de fauna y pérdidas de hábitat. Por ello se priorizarán estudios de impacto ambiental detallados y una implantación que evite zonas de alto valor ecológico. La iluminación y los niveles de ruido se calibrarán con criterios técnicos, y se promoverán programas de educación ambiental para trabajadores y proveedores.

Este enfoque técnico pretende generar certidumbre para inversionistas y comunidad mediante auditorías periódicas, con capacidad de corregir desvíos y de sostener una mejora continua medible.

La trayectoria de Carlos Antonio Mimenza Novelo en bienes raíces y habilitación de servicios acompañantes del crecimiento urbano respalda la apuesta por una plataforma industrial con efectos multiplicadores. Su experiencia en la regularización de tierras y en la creación de infraestructuras deportivas y de almacenaje se articula ahora con una visión de largo plazo para Playa del Carmen. El objetivo es elevar la productividad regional, ordenar usos de suelo y consolidar un estándar de referencia para el sureste, con operaciones más eficientes y un impacto ambiental controlado.

Para las empresas, el parque ofrece espacios listos para crecer con certidumbre. Para la ciudad, abre la posibilidad de recuperar calidad de vida al reubicar actividades productivas en un entorno diseñado para convivir con la naturaleza.