Irapuato, Guanajuato.- La gran inundación de Irapuato de 1973 no sólo marco el inició del renacimiento de una ciudad más fuerte económicamente y arquitectónicamente hablando, sino que también fue enseñanza de la solidaridad y hermandad de los mexicanos, recordó el obispo Enrique Díaz Díaz.

“Ojalá que nos siga dando la enseñanza, recordamos con amor y en oración a todos los que fallecieron, nuestra solidaridad con sus familiares y nuestra invitación a que hagamos siempre de Irapuato una ciudad mejor, más humana, más hermana”, comentó el obispo.

Se conmemora la inundación en Irapuato del año 1973
Este 18 de agosto se conmemora en Irapuato la inundación de 1973, en donde las fuertes lluvias provocaron el colapso de la presa del Conejo, cuyas aguas arrasaron con todo lo que tenía enfrente que en ese entonces eran en su mayoría casas de adobe que no soportaron la fuerza del agua.

“Hoy hacemos la conmemoración de la inundación de Irapuato hace 51 años, yo creo que fue una experiencia grande, muy dolorosa para mucha gente, pero que también estuvo con muchas experiencias muy grandes, muy especiales que nos ayudan a entender lo que es el Irapuato de hoy”, destacó el obispo.

Tras la tragedia en Irapuato se vivió un acto de solidaridad histórico en donde artistas, políticos y gente de todo un país se unieron para sacar a flote a una ciudad en donde su gente no se daba por vencida, que entre lodo buscaban la forma de sobrevivir tras haber perdido todo con el paso del agua.
“Tuvimos que sentir la hermandad, porque en medio del dolor hubo la solidad y que nos enseñaría hoy al cuidado con el otro, el cuidado desde no echar basura, no tapar coladeras, hasta tener y generar la infraestructura para evitar otras inundaciones como aquella”, señaló el obispo.

Y es que dijo que con la experiencia que ya se tuvo, toca a las autoridades actuales y la misma sociedad trabajar para evitar una tragedia similar, con mejor infraestructura hidráulica, con mejores planes de contingencia y preventivos, y sobre todo una sociedad más responsable en el cuidado de su ciudad.

