Silao, Gto.- Silao es quizá uno de los municipios de Guanajuato con mayor arraigo religioso, en el que desde hace tres décadas y media Amalia Ramírez Alonso confecciona ropones para Niños Dios, pues por tradición muchas familias suelen “acostarlos” pasada la Nochebuena.
Las habilidades y el amor por este arte los adquirió de su madre ya fallecida, la señora Trinidad Alonso Cabrera, quien fue de las primeras artesanas en elaborar en la década de 1970 este tipo de prendas en el territorio.

Desde principios de año Amalia compra las telas
Desde principios de año Amalia compra las telas y comienza con los cortes que conformarán ropones y trajecitos que vestirán al Niño Dios en su nacimiento, celebrado a través del “acostamiento”.
“Lo inicio todo el año, ese es mi trabajo porque (por la complejidad) es algo tedioso, no hay de que rápido, tiene su proceso. Prefiero adelantar poco a poquito todo el año para, cuando menos acuerde, ya acabé”.

Junto a otras artesanas instala su puesto en la periferia del Mercado “González Ortega”, donde del 14 al 31 de diciembre expone sus decenas de piezas y los accesorios con los que podrían combinar.
Los ropones son la prenda más vendida, pero también elabora algunos que hacen referencia a figuras como las de San Juan Diego, San Judas Tadeo, El Niño Doctorcito y El Sagrado Corazón, manera a través de la que las familias creyentes pagan sus mandas.

Las prendas más pequeñas tienen un costo de entre 150 hasta los 400 pesos, según su complejidad y los materiales utilizados, pero muchas personas no dudan en pagarlos.
“Mucha gente piensa que son caros, pero no, si supieran que no nos queda mucho, nada más para seguirle adelante porque desgraciadamente todo es muy caro…pero es bonito, porque es lo que hacemos de generación en generación y lo aprendimos a amar y nos gusta hacerlo”.
Aunque reconoce que existen momentos en los que ha intentado dejar esta labor, recuerda que se trata de una tradición familiar: “Voy a seguirlo haciendo mientras pueda, ya el día que no pueda, pues ya ni modo”.
Y explicó que ha recorrido varias entidades de México, lo que le ha permitido darse cuenta de que la gente de Silao “es la más creyente”, por lo que los “acostamientos” se prolongan incluso hasta el Día de la Candelaria”,
“Desde el 15 de diciembre la gente empieza a acostar a sus Niños (Dios), va vistiéndolos. Se quedarán sin otra cosa, pero su Niño se tiene que vestir”.
Para lograr un ropaje completo los Niños Dios requieren del traje o ropón, calzoncitos, zapatos comúnmente tejidos, así como su gorrito o corona, los cuales pueden ser adquiridos también por los padrinos.
