La decisión llega apenas un mes después de que el banco central ajustara la tasa de 7.50 a 7.25 por ciento, confirmando una postura monetaria más flexible hacia el cierre de 2025.
En su comunicado, Banxico explicó que, desde la última reunión de política monetaria, las tasas de los valores gubernamentales aumentaron en la mayoría de los plazos, mientras que el peso mexicano registró una apreciación. No obstante, advirtió que la actividad económica habría permanecido débil durante el cuarto trimestre del año.

“El entorno de incertidumbre y las tensiones comerciales siguen representando riesgos importantes a la baja”, señaló el instituto central.
El recorte ya estaba descontado por el mercado
De acuerdo con la Encuesta Citi de Expectativas, publicada el 17 de diciembre, la mayoría de los analistas anticipaba este ajuste y estimaba que la tasa de interés cerraría 2025 justamente en 7 por ciento.
Para 2026, los especialistas proyectan que Banxico continúe con los recortes y que la tasa de referencia finalice el próximo año en alrededor de 6.50 por ciento.
Inflación y factores externos, claves en la decisión

El banco central reconoció que la inflación general mostró un repunte entre octubre y noviembre, impulsado principalmente por el aumento en los precios de mercancías no alimenticias. Aun así, reiteró su previsión de que la inflación converja a la meta durante el tercer trimestre de 2026.
Banxico mantiene como objetivo una inflación de 3 por ciento, con un margen de variación de un punto porcentual, es decir, entre 2 y 4 por ciento.
Asimismo, advirtió que la política económica de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, ha incrementado la incertidumbre sobre el desempeño económico de México, lo que influyó en la evaluación de riesgos.

Ante este panorama inflacionario y económico, la Junta de Gobierno consideró adecuado avanzar con un nuevo recorte en la tasa de interés para apoyar la actividad económica sin comprometer el control de precios.
