LA HISTORIA. Quiso ser candidata a la gubernatura y la bloquearon. Por unas semanas fue candidata a la alcaldía de León y la bajaron con instrucción directa de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum.

TAMPOCO. Se le mencionó para ser candidata al distrito de las Joyas en León y nada. Finalmente, Bárbara Botello se coló en el lugar 3 de la lista de candidaturas plurinominales al Congreso local de Morena con altísimas posibilidades de lograr una curul.

IMPROBABLE. Solo 2 circunstancias totalmente opuestas y poco probables podrían impedirlo. Que Morena se desplome en su votación y no obtenga pluris o que Morena dispare su votación en Guanajuato a los niveles que hoy tiene el PAN y arrase en los distritos locales, de modo que como el PAN, no tenga derecho a pluris por sobrerrepresentación.

PREMIO MAYOR. Y aunque en política en tiempos electorales, siempre hay que aguardar a los hechos consumados y más después de lo que le pasó en León, Botello se sacó la lotería porque siendo candidata a la gubernatura o a la alcaldía, iba a contracorriente a buscar el campanazo en ambas contiendas. Como no favorita.

PADRINO SIN PREMIO. Y en esta va a la segura. Ya en el análisis del reparto de los primeros 4 lugares de plurinominales, queda clarísimo que no son ni el grupo de Ricardo Sheffield ni el de Ernesto Prieto, los que levantan el puño en este reparto sino el superdelegado Mauricio Hernández Núñez aun cuando queda la duda del porqué, teniendo el cargo que ostentaba, no amarró una candidatura importante.

FACTOR. En el caso concreto de las pluris, él tenía más peso específico en las tribus morenistas que David Martínez, actual coordinador de la bancada local y con todos los méritos para repetir en la curul que hoy ostenta.

PREMIADA. Porque no hay que olvidar que Adriana Guzmán llega a la presidencia del partido impulsada por él en una alianza con Ricardo Sheffield quien colocó en la secretaría general a Jesús Ramírez Garibay. La presidenta morenista asegura el primer lugar.

REBELDÍA COMPENSADA. Lo de Botello se cuece aparte porque parecía que había sido noqueada tras lo de León. Cómo es que logra levantarse y colocarse en una posición privilegiada debajo de Martínez Mendizábal quien había encarado a la candidata presidencial Claudia Sheinbaum en su pasada visita al estado un día después de que bajaron a Botello.

OTRA VEZ. Hubo quien dijo que la aspirante no quería a la exalcaldesa de León en Morena. Botello ahí está, levantando el puño haciendo gala de sus recursos inacabados y conexiones que la mantienen a flote a prueba de supuestos vetos de la candidata presidencial. Pasa en Morena.

LA DEL ESTRIBO…
El aseguramiento efectivamente, “sin precedentes” que logró la Fiscalía General de Guanajuato de 143 armas de fuego en San Luis de la Paz llevó a algunos políticos y gobernantes a la reflexión: hay algunos municipios que ni de lejos tienen ese pequeño arsenal para su respectiva corporación policiaca.
Si eso es lo que logró decomisar la autoridad a un grupo delictivo en uno de los 46 municipios del estado, ¿alguien se imagina la dimensión del poderío en armas de fuego que tienen los grupos criminales bajo su resguardo en Guanajuato?

¿Quién tiene más armas? ¿Los malos o los buenos?

 

A 10 AÑOS DEL ÚNICO EJERCICIO DEMOCRÁTICO INTERNO DEL PRI

Fue la única elección abierta del PRI en lo que va de este siglo en Guanajuato y representó la consolidación del dominio del entonces senador Gerardo Sánchez quien se convirtió en el factotum del PRI en Guanajuato a partir de su arribo a la cámara alta en la última época dorada del tricolor en el país.

El entonces desconocido Santiago García López ganaba la elección de presidente estatal del PRI con 2,889 votos, contra 1,859 de Alejandro Lara Rodríguez y rompía los pronósticos que hacían favorito a este último como representante de la corriente arroyista que así, comenzaba su declive mientras.

Santiago García conseguía el 59.43% y Lara el 38.24%, de acuerdo con su cómputo de los 46 municipios.

“Nadie creía en nuestro proyecto. Nadie creía que podíamos derribar una roca de toneladas y toneladas”, decía García López.

Eran las primeras palabras luego de un triunfo que agrupó en un bloque a Miguel Angel Chico, Bárbara Botello y Gerardo Sánchez, quienes desafiaron a Francisco Arroyo.

Los arroyistas se quejaron entonces de que les ganaron a la mala, con malas artes, con prácticas arcaicas pero en ese momento aplicó la conocida frase de: a puñaladas iguales, llorar es cobardía.

Fue una elección que representó un parteaguas para el tricolor porque la alianza Botello-Chico-Sánchez duró un suspiro. El líder de la CNC agandalló todo mientras que la entonces alcaldesa de León, estaba muy entretenida en el gobierno leonés. Miguel Angel Chico, a la distancia, no obtuvo nada.

Del otro lado, Arroyo, empezaba a ver pasar sus mejores tiempos. Parecía el comienzo de una nueva era en el priismo en la que se terminaba con un cacicazgo y desde el regreso a Los Pinos se podría tejer una nueva embestida en Guanajuato del tricolor.

Pero todo se fue por la borda porque la alianza de Chico, Botello y Gerardo tronó a las primeras de cambio y sucedió lo de siempre en el tricolor: el franquiciatario en turno quiso agandallar todo para sus cuates, desde la dirigencia hasta las candidaturas.

No hubo un proyecto con perfil institucional. Gerardo Sánchez se quiso comer solo el pastel con perfiles muy pobres y la exclusión de quienes no congeniaran con sus dictados. Como en antaño. Ninguno de los 4 permanece hoy en un PRI que se extingue, entregado a su otrora adversario histórico.

 
 

VIOLENCIA EN CAMPAÑAS: LAS VARIABLES CAMBIAN

No han transcurrido 72 horas del asesinato de Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya y ya la lógica de las campañas ha sido modificada sustancialmente por ese acto violento y la reacción de las 3 candidatas a la gubernatura que solicitaron reforzar su seguridad a partir de las nuevas circunstancias.

La estupefacción que provocó el atentado y su trágico saldo llevó a Morena a endurecer su postura, alzar la voz y sí: politizar el entorno responsabilizando de todo al gobierno de Diego Sinhue y cuestionando los requisitos que impone la ley para que un candidato o candidata tenga seguridad.

Además, cobra peso ahora el anuncio de su candidata presidencial Claudia Sheinbaum y el líder nacional Mario Delgado hecho en Colima de que sus candidatos locales en Guanajuato van a solicitar protección de la Guardia Nacional ante los requisitos engorrosos para ellos, que plantea la ley y las autoridades locales.

De manera paralela, Libia Dennise García ya confirmó que solicitará reforzar su seguridad. Ayer en Salamanca dijo que lo hará ante el nuevo entorno aun cuando, no ha recibido amenazas y según su propio dicho, en su recorrido por los 46 municipios no advirtió ningún hecho que pusiera en riesgo su integridad.

En otras palabras, cabría preguntar si el IEEG y sobre todo la secretaría de Gobierno van a aplicar con rigidez lo que marca el protocolo y con base en ello darán respuesta a la candidata panista, a la de MC, Yulma Rocha y a los candidatos a alcaldías que lo requieran.

Es decir, la van a dotar si no hay denuncia ante las autoridades de por medio y bastará que digan que el asesinato de una candidata amerita una solicitud de tal magnitud. Y entonces cabe preguntar qué pasó entre el 12 de marzo que el IEEG remitió la solicitud de Morena a la secretaría de Gobierno y los primeros días de abril antes del atentado contra Gisela Gaytán.

Ayer, según una entrevista que ofreció el secretario de Gobierno Jesús Oviedo a la periodista Azucena Uresti (¿por qué no lo hizo a medios locales el propio martes?), el funcionario dijo que no había recibido oficio alguno del IEEG.
Olvídese de los dimes y diretes que solo refuerzan lo mal parada queda la autoridad en su conjunto. El punto es que hoy probablemente deban ignorar los requisitos que marca el protocolo porque la situación emergente así lo obliga y tendrá que dotar de seguridad a las candidatas.

Y entonces, ante los hechos consumados con razón preguntarán algunos porqué no se flexibilizaron desde antes las reglas y solo se hace ahora después de una tragedia.
Es la confirmación de una omisión y de una reacción tardía por privilegiar la tramitología a la necesidad de minimizar riesgos. La falta de voluntad política para actuar con sentido de previsión. Los ingredientes idóneos para que el adversario politice.

Vaya paradoja, tendremos ahora decenas de elementos de la Guardia Nacional, de las Fuerzas del Estado y de Policías Municipales cuidando candidatos y candidatas. Y también a los ciudadanos.