Durante una conferencia de prensa, el fiscal Carlos Torres Piña explicó que, aunque el presunto autor material aún no ha sido identificado plenamente, los análisis balísticos permitieron determinar que el arma usada en el homicidio también estuvo involucrada en otros dos ataques recientes ocurridos en el mismo municipio.
El arma usada en el asesinato fue utilizada en dos ataques previos

El primer caso se registró el 16 de octubre en una barbería de la colonia Tierra y Libertad, donde varios hombres armados abrieron fuego contra dos personas. Las víctimas murieron en el lugar, y las pruebas periciales confirmaron que la pistola calibre 9 milímetros utilizada coincide con la que se empleó en el ataque contra el edil de Uruapan.
El segundo hecho ocurrió el 23 de octubre, apenas nueve días antes del asesinato de Manzo, en la colonia Ferrocarrilera. Los disparos se realizaron sobre la avenida Gran Parada, a escasas cuadras de las oficinas de la Fiscalía General de la República (FGR) en Uruapan. En esa ocasión, los agresores —que se transportaban en motocicleta— dejaron como saldo una persona muerta y otra herida.
Autoridades vinculan los hechos a enfrentamientos entre grupos criminales
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó que los ataques en los que se utilizó la misma arma estarían vinculados con “agresiones entre grupos delictivos contrarios” que operan en la zona.

A su vez, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla señaló que “el arma está implicada en otros dos homicidios en Uruapan” y que todo indica que “hay participación de un grupo del crimen organizado”, aunque pidió esperar los resultados definitivos de la investigación antes de emitir conclusiones.
El ataque al alcalde de Uruapan
De acuerdo con la FGE, el presunto agresor se hospedó en un hotel del centro de Uruapan la tarde del 1 de noviembre, cerca de cuatro horas antes del ataque. Minutos antes del atentado, el sujeto se infiltró entre la multitud durante un evento público y disparó siete veces contra el alcalde, quien murió a causa de una bala que ingresó por el tórax.
El atacante intentó escapar, pero fue abatido por elementos de seguridad momentos después. Hasta la mañana del 3 de noviembre, su cuerpo no había sido reclamado, y se desconocía su identidad.

Torres Piña confirmó que las investigaciones continúan y que existen indicios de planeación previa, con la probable participación de al menos dos personas en el crimen.
“Estamos analizando toda la evidencia. Hay relación balística con otros homicidios y posibles vínculos con grupos delictivos que operan en Uruapan”, sostuvo el fiscal.
