Nueva Jersey, Estados Unidos.- En un desenlace completamente inesperado, el Chelsea se impuso con autoridad 3-0 al París Saint-Germain y conquistó el primer Mundial de Clubes ampliado a 32 equipos. Cole Palmer fue el protagonista absoluto del duelo disputado en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, firmando un doblete y asistiendo a João Pedro para el tercer tanto de la tarde.
El equipo inglés, que venía de una temporada irregular en la Premier League pero revitalizado por su conquista de la UEFA Conference League, sorprendió a un PSG que parecía imparable tras su goleada 4-0 sobre el Real Madrid en semifinales. Lejos de intimidarse, los dirigidos por Enzo Maresca ofrecieron una lección táctica y física que desarmó por completo a los parisinos.
Palmer, del Chelsea , rompió el marcador a los 22 minutos
Palmer, de 23 años, rompió el marcador a los 22 minutos con un zurdazo desde fuera del área, y ocho minutos más tarde repitió la fórmula para el 2-0 tras un error defensivo de Nuno Mendes. Antes del descanso, el inglés volvió a ser clave al asistir con clase a João Pedro, quien definió con un elegante toque por encima de Gianluigi Donnarumma.
Con esta victoria, Chelsea no solo evitó que el PSG lograra un histórico septete, sino que además le propinó su derrota más abultada de la temporada. Ni el ingreso de figuras como Gonçalo Ramos, Barcola o Warren Zaire-Emery logró cambiar la dinámica de un partido controlado de principio a fin por los Blues.
La impotencia del conjunto francés se reflejó en la expulsión directa de João Neves al minuto 85, tras jalar del cabello a Marc Cucurella. Fue la imagen de frustración final para un PSG que había conquistado la Ligue 1, la Copa de Francia y su primera Champions League, pero que terminó arrollado por un Chelsea con hambre y personalidad.
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Enzo Maresca, en su primera gran prueba internacional, presentó un once equilibrado con Reece James, Moisés Caicedo y Enzo Fernández sosteniendo el medio campo, y un Palmer desatado liderando al ataque. El arquero español Robert Sánchez también tuvo intervenciones decisivas, como una atajada a quemarropa ante Dembélé en el segundo tiempo.
En el día en que se esperaba la consagración definitiva del PSG, el Chelsea se alzó como campeón mundial de clubes con una actuación memorable, desbaratando todos los pronósticos y dejando claro que su proyecto está de regreso entre la élite del fútbol internacional.