Durante una rueda de prensa en Pekín, un portavoz del Ministerio de Comercio chino fue enfático:
“Si Estados Unidos realmente quiere resolver el problema, debería escuchar las voces racionales de la comunidad internacional y cancelar por completo todas las medidas arancelarias unilaterales contra China, y encontrar la manera de resolver las diferencias mediante un diálogo equitativo”.

El funcionario recalcó que el conflicto fue desatado unilateralmente por Washington y que la solución debía pasar por “corregir prácticas erróneas” e iniciar conversaciones bajo términos igualitarios. “La guerra comercial fue provocada unilateralmente por Estados Unidos”, añadió.
Pekín: “No hay negociaciones”

La declaración se produjo pocas horas después de que el presidente Trump afirmara que ambas potencias mantenían conversaciones constantes. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores chino, a través de su portavoz Guo Jiakun, desmintió categóricamente esas afirmaciones.
“Hasta donde sabemos, China y Estados Unidos no han mantenido consultas ni negociaciones sobre el tema de los aranceles. Mucho menos han alcanzado algún tipo de acuerdo”, declaró Guo al diario Global Times.
Añadió que el gobierno chino mantenía una posición clara: “Nuestra puerta está abierta si Estados Unidos quiere hablar, pero el diálogo debe darse con respeto mutuo y en pie de igualdad”.
Críticas a las políticas unilaterales de Washington
En su posicionamiento, el Ministerio de Comercio chino también criticó duramente el uso de aranceles como herramienta política, señalando que dichas medidas violan las reglas básicas del mercado y no resuelven los problemas estructurales de Estados Unidos.

“Estas políticas dañan el orden económico internacional, perturban las cadenas de suministro y afectan directamente a las empresas y consumidores de todo el mundo”, subrayó.
Pekín advirtió que no cederá ante “presiones, amenazas ni chantajes” y reiteró que no teme a los conflictos comerciales si estos se imponen. “China no provoca problemas, pero no los teme”, sentenció el vocero.
Las declaraciones de Trump sobre supuestos contactos con China ocurrieron apenas un día antes, en un acto de campaña donde expresó su disposición a “ser muy bueno” con China si se encontraba una forma de “trabajar juntos”, insinuando una posible reducción de los aranceles impuestos durante su primer mandato.
“Podrían bajar sustancialmente, aunque no hasta cero”, dijo, sin ofrecer más detalles.
Esta contradicción ha generado nuevas dudas sobre la dirección de la política comercial estadounidense y ha sido vista en China como una estrategia más de presión mediática que como un intento real de reanudar el diálogo.
