Coroneo, Gto . – Desde muy temprano, Guadalupe Moreno acomoda con cuidado cada una de las piezas de barro, cobre, madera, figuras decorativas y otros artículos artesanales forman parte del pequeño local que atiende desde hace varios años en el Mercado 8 de diciembre, en el municipio de Coroneo.
Como cada temporada decembrina, la comerciante mantiene la esperanza de que sus ventas mejoren con la llegada de migrantes y turistas provenientes de otros estados del país; sin embargo, este año el panorama no resulta alentador.

“Antes la mejor temporada era diciembre, se esperaba el mes de diciembre vacaciones de semana santa o verano, pero con el paso de los años se ha deteriorado, ya hay demasiados comercios y todo se reparte para todos ya no hay mucho migrante y poco turista”, detallo Guadalupe.
Doña María relata que, durante estas fechas, tradicionalmente, el mercado solía llenarse de visitantes que regresaban a su tierra natal para convivir con sus familias, lo que representaba una oportunidad importante para los comerciantes locales, especialmente para quienes dependen de la venta de productos artesanales. “Antes se notaba cuando llegaban los paisanos, había más movimiento, más gente comprando recuerdos o regalos, ya no es como antes ya las ventas son como cualquier día”.

Con más de 20 años dedicándose a la venta de productos artesanales en el mercado la vendedora señala que, aunque aún faltan algunos días para que concluyan las celebraciones decembrinas, la afluencia de migrantes ha sido menor en comparación con otros años. Esta situación ha impactado directamente en sus ingresos, ya que las ventas apenas alcanzan para cubrir los gastos básicos del día.
El turismo que acude a visitar Coroneo en su mayoría es de fuera de Guanajuato
El turismo que acude a visitar Coroneo en su mayoría es de Querétaro, Michoacán o Estado de México quienes llevan artesanías de madera o recuerdos de su visita al municipio como llaveros, tazas o imanes. La gente del municipio también acude a comprar ellos llevan productos que necesitan para su hogar como molcajetes cucharas de madera o casos de cobre.

“Uno siempre tiene la fe de que en diciembre se venda un poquito más, pero ahora sí está muy tranquilo, casi no hay gente”. A lo largo de los años, doña María ha logrado sostener su negocio gracias a la constancia y al arraigo que siente por su oficio.
