La caída del peso argentino se aceleró el viernes incluso después de que Estados Unidos confirmara que ha seguido comprando la moneda, lo que alimenta las dudas sobre si el rescate de US$20.000 millones de la administración de Donald Trump podrá evitar que el presidente Javier Milei realice otra dolorosa devaluación.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que EU intervino el jueves para comprar pesos tanto en el mercado paralelo como en el oficial. Sin embargo, eso hizo poco por sostener la moneda, que se desplomaba hasta 5.1 por ciento el viernes y se mantiene cerca de un mínimo histórico.
En el mercado paralelo, el peso caía 2,9 por ciento. El efecto fue similar en el mercado de bonos, donde los precios subieron temporalmente el viernes para luego borrar las ganancias.
Los movimientos reflejan la magnitud en que el inusual intento de EU por apuntalar los mercados argentinos antes de las elecciones legislativas de este mes ha sido socavado por la especulación de que Milei se verá obligado a dejar que el peso vuelva a desplomarse después.
La confianza en Washington también fue afectada por la amenaza del presidente Donald Trump de retirar la ayuda si Milei sufre un revés en las urnas, aunque no quedó claro a qué elección se refería.
“La intervención no ha sido suficiente para evitar un alza en los tipos de cambio oficial y paralelo”, dijo Juan Sola, economista de Banctrust. “La próxima semana probablemente veremos una mayor presión, con el dólar oficial acercándose al techo de la banda, a menos que el Tesoro aumente su intervención”.
¿Por qué EU intervino para salvar al peso argentino?
La intervención de EU tuvo como objetivo frenar una ola de ventas en el peso argentino que se desató tras la derrota del partido de Javier Milei en las elecciones provinciales del mes pasado. El temor ahora es que el gobierno pierda las legislativas del 26 de octubre, lo que debilitaría su capacidad para continuar con sus reformas económicas.
Antes de la intervención estadounidense, el gobierno argentino vendía dólares para defender el peso, consumiendo reservas y provocando picos periódicos en las tasas de interés locales, a medida que se retiraban pesos del sistema financiero.
Bessent ha dicho que considera que la moneda está “subvaluada”, pese a la percepción local, y la administración ha defendido su apoyo como una forma de ayudar a un aliado ideológico.