Guanajuato, Guanajuato La subida a San Miguel, donde se llega al monumento al Pípila desde el callejón del Beso o el Templo de San Francisco, es uno de los callejones más recorridos de la ciudad. También alberga un tiradero de basura y un mirador a menudo amanece repleto de basura, excremento y orines humanos.

No es difícil establecer una asociación entre estos incidentes y el consumo de alcohol: tan sólo a unos metros del excremento documentado por Periódico Correo puede encontrarse un bote vacío de la popular bebida alcohólica “Tonayán”. Y no son pocos los establecimientos que venden bebidas alcohólicas que se encuentran cerca.

El pequeño mirador que se encuentra a unos metros del Pípila, subiendo por el callejón del Beso, es utilizado por las noches como urinal. Las marcas en el piso y el mal olor por las mañanas dan testimonio de ello.

 
Los orines y malos olores ya son característicos de esta zona de Guanajjuato capital. Foto: Josué Castillo 

La basura que se encuentra en el predio baldío frente a este mirador no parece provenir de los vecinos sino de los visitantes, puesto que la mayoría de desechos no son bolsas de basura o residuos del hogar sino que en su mayoría se trata de envases de plástico vacío, latas de cerveza o refresco, cajetillas de cigarros y pequeñas cajas de cartón. Estos desechos conviven con ramas y hojas que al igual que la basura son buen combustible.

Estas escenas desagradables pueden encontrarse a unos metros de el mirador más emblemático de la ciudad, en pleno centro de la capital cervantina de América.

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