(A puñaladas iguales, llorar es cobardía)
Los sistemas electorales son un conjunto de reglas y procedimientos que determinan cómo se llevan a cabo las elecciones y cómo se convierten los votos en escaños o cargos ganados por partidos y candidatos. Algunos de los sistemas más comunes son:
1.- Sistema Mayoritario Uninominal: También conocido como “first-past-the-post” (FPTP), en este sistema, el candidato que obtiene más votos en una circunscripción gana el escaño. Es simple y directo, pero puede resultar en una sobrerrepresentación de los partidos más grandes.
2.- Sistema de Representación Proporcional: Este sistema busca asignar escaños de manera proporcional al porcentaje de votos que recibe cada partido. Un ejemplo es el método D’Hondt, utilizado en España. Este sistema tiende a representar mejor a las minorías y a reflejar más fielmente la voluntad del electorado.
3.- Sistema Mixto: Combina elementos de los sistemas mayoritario y proporcional. Los votantes suelen tener dos votos: uno para un candidato en su circunscripción y otro para un partido. Este sistema busca equilibrar la representación directa con la proporcional.
Cada sistema tiene sus ventajas y desventajas, y la elección de uno u otro puede influir significativamente en la representación política y en la estabilidad del gobierno. Se dice que la sobrerrepresentación en política ocurre cuando un partido político obtiene un porcentaje de diputados en el congreso de la unión, que es mayor al porcentaje de votos que recibió en las elecciones.
Esto puede suceder debido a que la constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos así lo permite en su artículo 54 que señala:
Artículo 54. La elección de los 200 diputados según el principio de representación proporcional y el sistema de asignación por listas regionales se sujetará a las siguientes bases y a lo que disponga la ley:
V. En ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida. Esta base no se aplicará al partido político que, por sus triunfos en distritos uninominales, obtenga un porcentaje de curules del total de la Cámara, superior a la suma del porcentaje de su votación nacional emitida más el ocho por ciento; y (Fracción adicionada DOF 03-09-1993. Reformada DOF 22-08-1996)
La Cámara de Diputados se compone de 300 diputados elegidos por mayoría relativa (votación directa en distritos) y 200 por representación proporcional (asignados según el porcentaje de votos). Si un partido obtiene el 40% de los votos pero termina con el 45% de los escaños, se dice que está sobrerrepresentado. La Constitución mexicana establece límites para evitar una concentración desproporcionada de poder. Según el artículo 54, un partido no puede tener más de 8 puntos porcentuales de escaños por encima de su porcentaje de votación nacional. Este fenómeno es importante porque puede distorsionar la representación democrática, dando más poder a ciertos partidos y menos a otros, lo que puede afectar la toma de decisiones y la representación de las minorías.
Pero ese no es el caso, pues desde 1996, esas han sido las reglas que han servido a este sistema de integración y reparto de escaños desde hace 24 años; solo que antes se beneficiaron de esto el PAN y el PRI, pese a que se propuso una reforma electoral plan A, Plan B, y finalmente el plan C. Las elecciones del 2 dos de junio se realizaron bajo las propias reglas que escogieron los partidos políticos, fue así, en su cancha y con sus reglas, fueron derrotados. Ahora deben respetar los resultados.
La realidad es que los partidos que perdieron los votos y el respaldo del pueblo se quejan y gritan “sobrerrepresentación”, pese a que en el pasado se beneficiaron de la misma. Por eso decimos que apuñaladas iguales, llorar es cobardía. Siguen sin entender, que lo que no ganen en las urnas con el voto popular, no lo van a conseguir con chantajes, o con interpretaciones a modo. La Constitución ha sido muy clara desde 1996. Solo que antes se beneficiaron PAN Y PRI, y ahora ya no les conviene.