Ciudad de México, México.– El Vaticano confirmó la muerte del Papa Francisco el lunes 21 de abril de 2025, a los 88 años. Con ello, se activó el protocolo para la elección de su sucesor, conforme a lo establecido en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, que regula la elección del Papa.

¿Qué es la Sede Vacante?
La Sede Vacante es el periodo que transcurre desde la muerte del Papa hasta la elección de un nuevo pontífice. Durante esta etapa, los cardenales de todo el mundo se congregan en Roma para organizar el proceso de votación que se realiza a través del cónclave.
¿Cuándo será el cónclave?

De acuerdo con la normativa vigente, el cónclave no puede comenzar sino hasta que hayan pasado al menos nueve días desde el entierro del Papa, periodo conocido como “novemdiales”, destinado a rezos y ceremonias fúnebres.
Una vez transcurrido ese plazo, el cónclave debe realizarse entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Papa. En este caso, la ventana para su realización va del 5 al 10 de mayo de 2025.
La agencia AP informó que el martes 22 de abril los cardenales ya sostuvieron una primera reunión preparatoria en el aula sinodal del Vaticano, con el fin de establecer el calendario y la logística del proceso.
¿Cuántos cardenales participarán?
Para esta elección participarán 138 cardenales con derecho a voto, es decir, aquellos que al momento de la muerte del Papa tengan menos de 80 años, como lo dicta la misma Constitución Apostólica.
La elección se llevará a cabo en la Capilla Sixtina, donde los cardenales se reunirán a puerta cerrada hasta alcanzar un consenso. Se realizarán dos votaciones por día hasta que uno de los cardenales obtenga al menos dos tercios de los votos.

¿Cómo se sabrá que ya hay un nuevo Papa?
Al término de cada ronda de votación, las papeletas serán quemadas. El humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina será el indicador:
- Humo negro: no se ha alcanzado una decisión.
- Humo blanco: hay un nuevo Papa.
Una vez confirmado, se realizará el tradicional anuncio “Habemus Papam” desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.