Se busca que la propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de cobrar un impuesto especial del 8 por ciento a los videojuegos clasificados como violentos aplique únicamente para títulos de origen extranjero.

Sin embargo, esta propuesta de impuesto especial, que aún se debe analizar en el Congreso de la Unión, podría considerarse como una medida que distorsiona la libre competencia de la industria de los videojuegos en México.

“Estamos trabajando, esto lo ve el Poder Legislativo, pero trabajamos con ellos para que este impuesto de 8% sólo aplique para videojuegos del extranjero“, afirmó Sergio Fuentes Rodríguez, responsable de Sector de Industrias Creativas de la Secretaría de Economía.

Explica que esperan “que los productos desarrollados en México estén exentos de este cobro”, ante lo que califica como un “trabajo que tenemos que hacer en conjunto con el Congreso” para que sea posible.

Los videojuegos serían más caros si son violentos, según explicó Hacienda (Foto: Shutterstock).

Fuentes Rodríguez afirma que la idea de aplicar este gravamen únicamente a los videojuegos del extranjero tiene como objetivo no desincentivar a la industria desarrolladora de videojuegos que se está consolidando en México.

¿Cuáles son los videojuegos que pagarían impuestos?

De acuerdo con la SHCP, “estudios recientes han encontrado una relación entre el uso de videojuegos de naturaleza violenta y un nivel más alto de agresión entre los adolescentes, así como efectos sociales y psicológicos negativos como aislamiento y ansiedad”, justificación para la propuesta.

Ante esto, plantean “un impuesto especial ad valorem del 8% a la prestación de servicios digitales de videojuegos con contenido violento”.

De acuerdo con un documento de la Cámara de Diputados, este impuesto también se considera para videojuegos violencia extrema o para los que no son aptos para menores de 18 años. Es decir, los que corresponden a las clasificaciones nacionales ‘C’ y ‘D’, equivalentes a las clasificaciones ‘M’ y ‘A’ de acuerdo con el sistema de clasificación Entertainment Software Rating Board (ESRB).

De acuerdo con David Santiváñez Antúnez, CEO de GameMetron (empresa de legaltech), el efecto inmediato sería un encarecimiento de videojuegos populares como Grand Theft Auto V, Call of Duty: Warzone y Modern Warfare II, así como Mortal Kombat 11, Fortnite, entre otros que han ganado notoriedad entre los consumidores jóvenes.

Bajo este entendido, se podrían añadir títulos de los más vendidos en los últimos tiempos, como Red Dead Redemption 2, Silent Hill 2, o uno de los lanzamientos más esperados, GTA VI, a la espera no sólo de que se resuelva si se aplica o no la medida, sino de saber cuáles serán los criterios para definir cuáles pagarán los impuestos especiales.

Impuesto solo a videojuegos extranjeros, ¿afecta la libre competencia?

Santiváñez Antúnez señala que esta medida puede vulnerar principios de competencia al crear un trato desigual entre actores del mismo mercado.

Esto no solo generaría tensiones con países socios, particularmente Estados Unidos y Japón —sedes de las principales productoras de videojuegos—, sino que también detonaría revisiones en el marco del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).

“Esto es una política proteccionista indirecta para favorecer a la industria nacional, sin afectar a México en el contexto comercial internacional”, explica. “Implementar esto es un error si consideramos que el consumo de videojuegos en México está dominado por multinacionales extranjeras. Microsoft, por ejemplo, concentra cerca del 29 por ciento de la cuota de mercado, lo que muestra que más de la mitad del consumo en el país proviene de títulos extranjeros, principalmente móviles y de consolas” de videojuegos, apunta.

La Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales afirma que el 26% de los gamers en México juegan videojuegos de disparos. (Foto: Shutterstock)

“En un mercado que ya enfrenta precios elevados por el incremento en los costos de importación, este impuesto de 8 por ciento es realmente negativo y podría reducir los niveles de crecimiento que ha tenido la industria a lo largo de los últimos años”, añadió el CEO de la consultora especializada en videojuegos.

Por su parte, Miguel Ángel Villanueva, socio encargado del área tributaria de GamemMetron, explicó que la medida se enmarca en la lógica de los impuestos a bienes de lujo o no esenciales, retomando discursos de los años noventa ya superados

“El impuesto propuesto equivale a un 8 por ciento adicional sobre el precio base del videojuego, al cual se suma el IVA. En términos prácticos, un título de 100 pesos pasaría a costar 124 pesos ya con este nuevo impuesto y el IVA”, comenta.