El epicentro del sismo se localizó a 42 kilómetros al suroeste de Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, a una profundidad de apenas ocho kilómetros, lo que intensificó la fuerza del movimiento telúrico. El terremoto se sintió también en varias regiones de Pakistán, incluida la capital Islamabad, aunque las autoridades de ese país no han reportado víctimas ni daños materiales significativos.
Kunar, la provincia más afectada

El Centro de Información y Medios del Gobierno afgano detalló que la provincia de Kunar ha sido la más golpeada por el desastre, con al menos 800 muertos y 2.500 heridos. En Nangarhar, donde se ubicó el epicentro, se registran 12 fallecidos y 255 heridos, mientras que en Laghman y Nuristán se contabilizan 58 y 4 heridos, respectivamente.
Según reportes desde el distrito de Nurgal, en Kunar, cientos de personas permanecen atrapadas bajo los escombros de viviendas colapsadas. Residentes del valle de Mazar han hecho un llamado urgente de ayuda para rescatar a los sobrevivientes. Las construcciones, en su mayoría de adobe y piedra, no resistieron el impacto del sismo.
Respuesta del gobierno talibán

Ante la magnitud de la catástrofe, el gobierno dirigido por los talibán ha anunciado la formación de un “comité especial” bajo la supervisión directa del primer ministro Mohammad Hasán Ajund, encargado de coordinar la respuesta humanitaria y el reparto de ayuda.
El viceministro de Información y portavoz oficial del régimen, Zabihulá Muyahid, aseguró que equipos de rescate y apoyo han sido enviados desde provincias cercanas y desde Kabul, afirmando que se utilizarán “todos los medios disponibles para salvar vidas”. Las carteras del Interior, Defensa y Sanidad trabajan en la evacuación de heridos, la recuperación de cadáveres y la entrega de alimentos y medicinas.
Se han habilitado 40 vuelos desde Nangarhar para evacuar a “cientos” de personas heridas o atrapadas. Asimismo, se han distribuido líneas telefónicas para facilitar la coordinación de la asistencia humanitaria.
En un comunicado oficial, el gobierno expresó su “gran tristeza” por el terremoto y pidió a la ciudadanía que brinde refugio, comida y ropa a las familias damnificadas.
“Que Dios proteja a los musulmanes de estos desastres e incidentes en el futuro”, concluye el mensaje.
La misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) también manifestó su “profunda tristeza” por el sismo “devastador”, y confirmó que sus equipos se encuentran en terreno ofreciendo ayuda de emergencia y apoyo vital. “Nuestros pensamientos están con las comunidades afectadas”, indicó el organismo en un mensaje publicado en la red social X (antes Twitter).

La violencia del sismo se ha visto agravada por las precarias condiciones de las viviendas en la zona afectada. La mayoría de las casas están construidas con materiales frágiles como adobe y piedra, altamente vulnerables a este tipo de fenómenos naturales. Además, se han registrado múltiples réplicas, lo que ha generado temor entre los sobrevivientes y ha dificultado las labores de rescate.
Mientras el número de víctimas continúa aumentando con el paso de las horas, las autoridades temen que haya decenas de localidades aún incomunicadas en las montañas del este afgano. Los rescatistas luchan contra el tiempo para llegar a zonas aisladas donde podrían encontrarse más heridos o personas atrapadas.