Salamanca, Guanajuato.- Fabián Ramírez es un adulto mayor que recorre los pasillos del mercado Tomasa Esteves, conocido entre los locatarios por siempre cargar con su acordeón, el cual tuvo que heredar a su nieto para que él continúe con la música.
Recordó que la música llegó a él muy joven y que tuvo que consultar con su padre la compra del instrumento musical, con el que hasta hace un par de semanas, animaba con sus canciones los pasillos de este conocido mercado; incluso dijo que las canciones las cobraban a dos pesos, él junto al grupo de músicos con los que por algunos años trabajó.
“Le pasé mi acordeón a mi nieto, para que él siga con la música, yo vengo al mercado a ver en que me puedo ocupar o que me puedan dar, sigo viniendo porque puedo seguir trabajando” dijo el músico.
El acordeonista es célebre por su peculiar forma de ser y reconocido por su sombrero eincluso durante el año de la pandemia no faltó a su trabajo de animar con su música los pasillos del lugar.
“Aquí anduve tocando y sigo aquí, yo no le tenía miedo a esa enfermedad, yo he andado en el mercado desde que estaba en la plazoleta, yo vengo desde allá, ya tengo mucho de ser músico”, contó.
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Hoy sin su acordeón pero sí su carismática forma de ser, continúa en el andar, recorre los pasillos del mercado, espera ser ocupado en algo o la caridad de alguna persona, todos los días desde la colonia la Cruz, llega a este mercado, que sin duda no es el mismo sin el sonido de su acordeón.
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