Irapuato, Gto.- Desde hace cuatro años, Gerardo Flores Morales dedica su vida al cultivo del cempasúchil en Irapuato, la flor que simboliza la memoria, la tradición y la identidad de México.
“El cempasúchil, en realidad, no es muy delicado que digamos; es una planta noble para producir. Claro, sí requiere sus fertilizantes, sus fungicidas, sus insecticidas… como cualquier otro tipo de planta. Es nativa de aquí, pero tiene sus plagas y hay que estar al pendiente de ello”, comparte mientras recorre su huerto.

El proceso para ver florecer los campos toma alrededor de tres meses, tiempo en el que Gerardo cuida cada planta con dedicación. Cultiva una variedad criolla, la original, que conserva el color y el aroma de la flor tradicional mexicana.
Para florear los altares, Don Gerardo se dedica día y noche a cuidar sus cultivos en Irapuato
Más allá de su valor comercial, para Gerardo el cultivo del cempasúchil tiene un significado profundo.
“La verdad, es un gusto ver mi huerto floreado y atender a las personas que vienen, que se toman fotos, que se divierten. Es un placer ver a los niños que todavía disfrutan de nuestras tradiciones mexicanas.”, comentó.
Pero su labor también implica sacrificios, cada temporada, Gerardo y su compañero, Don Chava, deben permanecer de noche en el campo para proteger los cultivos. A pesar del frío y las incomodidades, lo hacen con tal de conservar su esfuerzo.
“Desgraciadamente, tenemos que quedarnos aquí a dormir por bastante tiempo, a la intemperie, porque se están perdiendo los valores, el respeto a lo ajeno. Pero gracias a Dios, ahí vamos”, dice.

A quienes visitan su huerto, les pide respeto y cuidado, para evitar romperlas al momento de tomarse fotos, ya que esas flores ya no sirven después.
“Les pedimos que tengan cuidado cuando se arriman a las plantas, que no caminen dentro de ellas, porque las flores son delicadas. Como la flor es muy grande, si la tocan o la presionan hacia abajo, se quiebra.”

A falta de reconocimiento, Don Gerardo pide el reconocimiento de los productores en todo el país
Gerardo reconoce que el trabajo en el campo no siempre recibe el reconocimiento que merece, y hace un llamado a valorar a quienes hacen posible que cada altar florezca.
“Nomás pedir que se tome un poquito más en cuenta a la gente que nos dedicamos a esto, porque somos muchísimos en todo el país y somos los más olvidados. Todos los agricultores llevamos el mismo proceso, el mismo sacrificio, y queremos que sea un poquito más valorado.”
Con orgullo y esperanza, Gerardo Flores Morales sigue sembrando no sólo flores, sino también identidad, memoria y tradición mexicana.

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