1.- El CEN y el CDE del PAN: conflictos paralelos

Hacía mucho tiempo que el destino de la dirigencia nacional del PAN estaba tan ligado al de la dirigencia estatal y viceversa, a través de un vaso comunicante con el que sus respectivos grupos dominantes pretenden prevalecer sobre sus críticos y detractores.
Por lo anterior, era esperable que Jorge Romero Herrera encontrara en Guanajuato uno de sus pilares para suceder a Marko Cortés Mendoza al frente del Comité Ejecutivo Nacional, mismo que fue fundamental para avalar la elección en fast track a favor de Aldo Márquez Becerra como cabeza del Comité Directivo Estatal.
La correlación se cocinó desde hace tiempo. Aquí le fuimos narrando los acuerdos que cimentaron el ahora exgobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y Cortés Mendoza, a la luz de un dominio total de las designaciones a todas las candidaturas que se disputarían en Guanajuato a cambio de su apoyo incondicional de cara a la elección presidencial.
El resultado usted lo conoce. El PAN cayó estrepitosamente frente a Morena y Claudia Sheinabum Pardo y en las nueve contiendas por gubernaturas, sólo Guanajuato se mantuvo bajo sus colores con Libia Dennise García Muñoz Ledo. Este resultado le ha valido a Marko y a todo su grupo el desprecio de un sector inconforme que incluso ha emprendido el movimiento “O dejan al PAN o nos vamos”.
En cuanto al pan guanajuatense, el grupo cercano a Rodríguez Vallejo pero liderado por el exjefe del que fuera su gabinete, Juan Carlos Alcántara, se aferró al dominio de los cargo gracias a otro pacto con la gobernadora entrante a la cual impulsaron como aspirante única. Pues esa misma condición le valió para colocar a Márquez Becerra quien hoy se presenta en sociedad como líder estatal.
Con menor dimensión, también hay críticos y detractores del grupo dominante, como Alejandra Reynoso Sánchez y Rolando Alcántara Rojas, que han emprendido acciones legales para anular el proceso. Al parecer van en serio y esperan obtener, ya sea del Tribunal Federal Electoral en el primer caso o del Tribunal Estatal en el segundo, alguna determinación que suspenda al nuevo dirigente.
Por todo lo anterior, las declaraciones de Marko Cortés a favor de Aldo Márquez el viernes pasado tienen todo el sentido de una complicidad entre las actuales cúpulas. Sus detractores son también suyos, aunque con menos costo. De manera que si no logra Jorge Romero la dirigencia nacional, automáticamente se debilitaría la impugnada dirigencia estatal.
Lo dicho. Con estas condiciones políticas dentro de Acción Nacional, no extraña que Libia Dennise se haya atrincherado para concentrarse en su cargo y ejercer desde esa palestra su cuota de poder sin un techo aparente. Tanto los conflictos como los costos políticos provocados por los grupos dominantes, no permiten ver un futuro cercano que les sea halagüeño.
2.- Mauricio y Alma: exaliados a distancia de Sheffield


Así es. Todo parece indicar que la excandidata de Morena a la gubernatura Alma Alcaraz Hernández tomará la delegación de programas para el bienestar que acaba de dejar vacante Mauricio Hernández Núñez, quien recientemente fue enviado como su homólogo al estado de Querétaro.
La verdad es que a primera vista parecieran movimientos menores e incluso indignos para el papel que ambos cuadros desempeñaron al cierre del sexenio, sin embargo, representan mucho más de lo que aparentan.
Hernández Núñez ni siquiera aspiró a un cargo de elección. No obstante, se posicionó dentro de la 4T como uno de los súper delegados que mejores cuentas presentó, tanto en la expansión de los programas sociales -un millón 500 mil beneficiarios en Guanajuato-, como su traducción en votos; un millón 200 mil votos para Claudia Sheinbaum y un millón para Alma, fue todo un logro inusitado.
Sólo ese resultado le ha valido a Mauricio ser enviado a Querétaro que, en dos años, vivirá sus elecciones estatales. Tal parece que está dispuesto a consolidarse como el adalid morenista de los estados difíciles, antes que buscar una nueva posición que catapulte su trayectoria política. Ahora sí que son ‘muy sus métodos’.
Por lo anterior, la delegación en Guanajuato quedó como una efectiva máquina que al menos en la más reciente elección, produjo votos suficientes para cimbrar al PAN. Es por ello que Alma llega para operar una instancia que mueve a aproximadamente 815 Servidores de la Nación, perfectamente adoctrinados e instruidos.
Ya en la del estribo, queda la coincidencia ineludible de que tanto Alma, como Mauricio, jugaron como aliados políticos junto al hoy senador Ricardo Sheffield Padilla. Cada uno sacó sus propios resultados. Ambos siguieron a quien más cercanía les garantizaba con Sheinbaum, para finalizar en la distancia como parte de arreglos que en la realidad solo obedecieron a la coyuntura.
3.- Anexos contra el prejuicio y la estigmatización

Es increíble como un cambio de sexenio puede cambiar toda una postura institucional. Mientras el gobierno de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo ignoró a los centros de rehabilitación y salió al paso al publicitar la estrategia Planet Youth, ahora con Libia Dennise García Muñoz Ledo el tema se convirtió en prioridad para la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG).
Claro, nada es casualidad. Durante el último sexenio diversos ‘anexos’ aglomerados en la organización Centro de Rehabilitación Unidos del Bajío (CRUB) liderado por Nicolás Pérez Ponce, se manifestó intensamente para exigir atención del gobierno, sobre todo después de la masacre de 27 internos en un centro ubicado en la comunidad de Arandas el 2 de julio de 2020.
Dicha atención jamás se facilitó y el crimen que elevó las alarmas fue presuntamente resuelto por la Fiscalía General del Estado (FGE) de Carlos Zamarripa Aguirre, al inculpar a un sola persona que recibió la absurda sentencia de 797 años de prisión. Al final, el tema de fondo que cubre la ecuación entre adicciones, anexos irregulares y violencia criminal quedó sin desentrañar.
Las demandas prevalecieron y fue precisamente Libia Dennise como secretaria de gobierno, la que se comprometió a instalar mesas de trabajo entre los centros de rehabilitación y la SSG para avanzar en su revisión y apoyo. De qué nivel sería el desinterés, que el tema avanzó hasta ahora que ella es gobernadora.
Este fin de semana, la SSG encabezada por Gabriel Cortés, anunció que buscará un constante acercamiento con los Centros de Rehabilitación y de hecho efectuó una reunión con 20 representantes adheridos al CRUB y pertenecientes a la Jurisdicción Sanitaria VI, con las áreas de Salud Mental y Protección Contra Riesgos Sanitarios. Todo un cambio de actitud que va tarde, pero necesario.
CONTRA RETRATO
Sergio Contreras Guerrero

Desde que coincidieron en el Congreso de Guanajuato -él como diputado y ella como asesora legislativa del PAN, ha exhibido su amistad con la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo con toda claridad. Es natural y casi obligado suponer que en esta legislatura, el Partido Verde no será una enérgica oposición como en la que acaba de terminar.
Sergio Contreras Guerrero ha hecho alarde una relación personal de mutua estima, que incluso ha colocado por encima de su papel, no como aliado de Morena y miembro activo de la 4T, sino como líder de una bancada que pertenece a una oposición que junta, por primera vez podría mantener a raya a Acción Nacional.
De hecho, hace días difundieron sin cortapisas la reunión que la propia Libia Dennise sostuvo con Sergio y su compañera Itzel Mendo González. Sin mayor misterio, dijeron que le mostraron su preocupación ante la consolidación de la Secretaría de Agua y Medio Ambiente, mientras ella “mostró apertura para escuchar”.
Sergio Contreras ya ha dicho que será una oposición responsable, constructiva y crítica, que en la política real no es más que la advertencia de votar a favor o en contra. “No hay cheques en blanco”, se ha ufanado el líder del Verde al referirse al PAN o a sus aliados políticos pues tienen su propia agenda.
Al final, para entender la posición del verdecologista basta con recordar la que manifestó en las negociaciones para la alianza electoral con Morena; en lo nacional todo, en lo local, lo que nos corresponde. Una postura con la que se avizora un cumplimiento a rajatabla de los encargos de la cúpula de la 4T, combinada con la complacencia en los temas estatales. Al tiempo.
