Guanajuato, Guanajuato.- En lo alto del pintoresco Mineral de Valenciana se alza el Templo de San Cayetano, un tesoro histórico que ha sido testigo de casi dos siglos de historia y devoción.
Según la Rectoría de San Cayetano, el templo fue dedicado el 7 de agosto de 1788 por el señor obispo de Michoacán, Don Francisco Antonio de San Miguel y Cajiga, en una ceremonia solemne que marcó el inicio de su papel como centro espiritual para la comunidad minera.

La construcción del templo fue iniciada por Antonio de Obregón y Alcocer, uno de los dueños de La Valenciana, comenzando en 1775 y finalizando en 1778, aunque la torre del campanario con su reloj del lado derecho nunca se completó.
La iglesia se erige en la cima de una colina frente a la ciudad, cerca de la entrada a la mina de plata La Valenciana, que en su época fue una de las minas con mayor producción de plata del mundo.

El templo impresiona con su belleza arquitectónica única, destacando por su fachada tallada en estilo barroco mexicano y ventanas laterales en arcos de estilo neo-mudéjar.
Su interior está ricamente ornamentado con retablos dorados de 24 quilates en el altar, un púlpito tallado en madera con incrustaciones de marfil y maderas preciosas, y enormes pinturas del siglo XIX que ilustran historias del evangelio, como las obras de Luis Monrroy.
Uno de los tesoros más queridos es su órgano monumental, estrenado en la misma ceremonia de dedicación con sus 1700 tubos, que desde entonces han llenado de música sacra los corazones de generaciones de fieles.

Además, el templo guarda historias fascinantes como la del confesionario del siglo XVI y la pila bautismal de cantera verde y madera dorada, rescatada del extinto Templo de San Juan Bautista en San Juan de Rayas.
Las dos torres que flanquean su entrada, aunque solo una fue completada, dan una impresión monumental que se mezcla con la tranquilidad del paisaje circundante.

Cada detalle dentro del templo, desde las coloridas pinturas hasta el impresionante pulpito tallado en madera, cuenta una historia de fe y tradición que sigue viva hasta nuestros días.
246 años han pasado desde el término de su edificación, actualmente sigue siendo un punto de encuentro para habitantes de Guanajuato Capital y turistas que acuden en los recorridos turísticos o en propio pie a visitarlo. En la Plaza Principal, justo en las bases de este recinto, existe una fuente con bancas en su alrededor que dotan de un colorido y tranquilo espacio para disfrutar; además que a su alrededor se centran bocaminas, como la de San Ramón, que pueden ser visitadas.

La presencia de antojitos como gorditas de guisados, tienditas, y algunos otros comercios invitan a acudir a disfrutar de este templo y del que parte de aquel mineral que fuera el más importante del mundo durante la época de la Colonia Española.
***Información recopilada mediante el portal de la Rectoría de San Cayetano en Internet y documentación en campo ***
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