San Miguel de Allende, Gto.- Tras varios intentos fallidos, parecía que era la buena. ‘El Güero‘ llegó a la cima, pero por unos pocos centímetros no alcanzó a sostenerse del soporte de los premios. Este año, el ‘palo encebado’ de la fiesta gaudalupana en el poblado de Los Rodríguez, en San Miguel de Allende, ofreció como recompensa desde balones de futbol hasta pantallas y bicicletas.

Sin importar que portaban vestidos largos, faldas o algún disfraz, los participantes abrazaban con fuerza el tubo metálico para intentar subir. Entre ellos destacaba la presencia de ‘Súper Muñeco‘ y de la mismísima presidenta, Claudia Sheinbaum, al menos, personificados con máscaras: una de tela y la otra de látex. Todos son participantes del cuadro de locos que antes bailó durante un par de horas cerca del atrio del templo, por ello varios de ellos vestían ropa de mujer y lucían protuberantes pechos o glúteos.

Además del ‘Güero’, también el ‘Nalgón’, el ‘Chino’, y el ‘Pony’ formaban parte de los ‘engrasados’ que trabajaban en equipo para conquistar los premios. Los más corpulentos eran la base de la torre humana que se aferraba al resbaloso poste; después, los ‘medianos’ subían a sus hombros y entonces los más ligeros escalaban los cuerpos para acerarse a la recompensa o al menos para ir quitando un poco de grasa y hacer más sencilla la escalada.

Pero la misión no era sencilla. El poste metálico de más de 10 metros de altura parecía inconquistable. La pirámide humana colapsaba una y otra vez. Y se volvía a formar. Un trago de cerveza, antes de volver a intentarlo y mientras ajustaban la estrategia. Cientos de espectadores alentaban alrededor, unos aconsejaban como si fueran expertos y otros simplemente disfrutaban el espectáculo.

El patrocinador anual decidió que era momento de recompensar el esfuerzo
Después de casi dos horas de intentos fallidos, prendas completamente engrasadas, y algunas ‘heridas’ leves de las batallas contra el poste, el patrocinador anual decidió que era momento de recompensar el esfuerzo. Pidió ayuda al cuetero, que armaba un castillo de pirotecnia al lado, para lanzar una cuerda hasta la estructura de los premios, con la que ataron al ‘Nalgón‘ para izarlo como bandera entre todos. En cuestión de segundos llegó a la cima y comenzó a desatar los premios para bajarlos y repartirlos.
Pantallas, hieleras, guitarras, carreolas, licuadoras, sillas de camping, ventiladores, sartenes, bicicletas y balones, conformaron el botín que se llevaron a casa.
