Irapuato, Guanajuato.- Como un muchacho humilde, alegre, trabajador y sin vicios recordarán a Paco, miembro del staff de la banda San Cristóbal, quien falleció en la masacre registrada en Irapuato durante la fiesta patronal dedicada a San Juan Bautista. Sus padres exigieron justicia y apoyos para cubrir los gastos funerarios.

En viviendas de San Juan Barrio Nuevo, El Ranchito y agencias funerarias, en privado, se velaba a las otras 10 víctimas del multihomicidio.

Familiares y amigos velaron a Paco en su comunidad de Rancho Nuevo de la Cruz. Foto: Eduardo Ortega

En su natal Rancho Nuevo de la Cruz, este jueves, familiares y amigos despidieron a Francisco Lugo Dimas, integrante del staff de la banda de música de viento San Cristóbal.

La noche del pasado lunes, en plenos festejos a San Juan Bautista, en la calle Bustamante de San Juan Barrio Nuevo, Paco, junto con su hermano y demás miembros de la banda, amenizaban un convivio familiar que fue interrumpido por sujetos armados que dispararon. Paco y diez personas más fallecieron; otras veinte resultaron heridas.

“Yo no sé por qué le hicieron eso a mi hijo. Estaba en el lugar equivocado, solo estaba trabajando, no tenían por qué haberle hecho eso… Queremos justicia”, dijeron con lágrimas Francisco Lugo y Juana Dimas, padres de Paco.

El cuerpo de Paco fue despedido entre muestras de cariño y exigencias de justicia. Foto: Eduardo Ortega

¿Quién era Paco, víctima de la masacre en Irapuato?

Paco tenía 24 años de edad y era el segundo de tres hijos del matrimonio Lugo Dimas. Desde pequeño mostró interés por los deportes y la música, y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus vecinos, familiares y conocidos de su comunidad y de Abasolo.

Uno de los sueños de Paco era convertirse en músico, como su hermano mayor. Por eso, desde hacía meses lo acompañaba a presentaciones, pero formalmente se sumó a la banda San Cristóbal apenas hace seis meses. Se encargaba de cargar los instrumentos musicales y animar los eventos.

Vecinos de la comunidad colaboraron para cubrir los gastos del sepelio de Paco. Foto: Eduardo Ortega

También se daba tiempo para apoyar al equipo de futbol de la comunidad, donde daba masajes, alistaba la hidratación y repartía las bolsitas con agua entre los jugadores.

“Era humilde, alegre, trabajador, sin vicios; no fumaba, no tomaba, le gustaba cantar, era muy querido”, compartió Francisco, papá de Paco.

Desde el miércoles pasado y este jueves, autoridades municipales aseguraron que se brindaba apoyo y acompañamiento a los familiares de las víctimas de esta masacre. Sin embargo, el matrimonio Lugo Dimas aseguró que no habían recibido ningún respaldo de instancias oficiales. La casa en que velaron a Paco fue prestada por vecinos de Rancho Nuevo de la Cruz. Parte de los gastos se cubrieron también gracias al buen corazón y la cooperación de los lugareños, para que se le velara y sepultara dignamente.

El cortejo fúnebre recorrió las calles del pueblo en memoria del joven integrante del staff. Foto: Eduardo Ortega

Este jueves, en domicilios particulares de las colonias San Juan Barrio Nuevo, El Ranchito y en agencias funerarias, en privado, familiares y amigos velaban a las otras 10 personas que perdieron la vida en la masacre del pasado 24 de junio.

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