“Probablemente a fin de mes, comenzaremos con un arancel bajo y les daremos a las farmacéuticas un año aproximadamente para desarrollarlo, y luego aplicaremos un arancel muy alto”, dijo Trump, quien también reveló que los aranceles para semiconductores seguirían un cronograma similar, aunque aseguró que su implementación sería “menos complicada”.
¿Por qué habrá aranceles de medicamentos?

Estas nuevas medidas se sumarían a un plan más amplio de “aranceles recíprocos” que Trump planea aplicar a partir del 1 de agosto, y que podrían afectar cientos de productos importados. El objetivo, según el expresidente, es forzar a los socios comerciales de Estados Unidos a abrir sus mercados y reducir su dependencia de bienes clave fabricados fuera del país.
En una reunión de gabinete a inicios de mes, Trump ya había anticipado un arancel del 50% sobre el cobre y una posible alza de hasta el 200% en medicamentos, tras un periodo de gracia de un año para que las farmacéuticas repatrien su producción. Las tarifas se amparan en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, bajo el argumento de que las importaciones masivas ponen en riesgo la seguridad nacional.
Impacto en la industria farmacéutica y tecnológica
De concretarse, los aranceles podrían afectar directamente a gigantes farmacéuticos como Pfizer, Eli Lilly y Merck, que producen medicamentos en el extranjero y dependen de cadenas de suministro globalizadas. Los analistas advierten que la medida podría encarecer significativamente los medicamentos para los consumidores estadounidenses.
Asimismo, los aranceles a los semiconductores podrían repercutir en industrias clave como la electrónica de consumo, elevando los precios de productos como teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y otros dispositivos fabricados por empresas como Apple y Samsung.
Negociaciones con socios estratégicos

Mientras lanza amenazas comerciales, Trump también avanza en la firma de nuevos acuerdos. El martes por la mañana, anunció un pacto con Indonesia, que acordó reducir una tasa arancelaria del 32% al 19% y, a cambio, comprar 15 mil millones de dólares en energía estadounidense, 4.500 millones en productos agrícolas y 50 aviones Boeing.
Trump aseguró que se encuentra en negociaciones con al menos cinco o seis países y que espera cerrar “dos o tres” acuerdos comerciales antes del 1 de agosto. Uno de ellos podría ser con India, que figura entre los más avanzados.
“Diría que India, y tenemos un par más”, dijo Trump a los reporteros. “Pero tengo que decirles que, en general, estoy muy contento con las cartas”.
Europa y Asia bajo presión

Representantes de la Unión Europea, que enfrentan un posible arancel del 30%, se reunirán esta semana con negociadores estadounidenses, mientras países como Corea del Sur ya han mostrado disposición para abrir más su comercio. En contraste, Japón no ha respondido favorablemente a las amenazas.
Trump también afirmó que aplicaría un arancel estándar, “probablemente un poco más del 10%”, a países más pequeños que no logren acuerdos bilaterales o tarifas personalizadas.
Advertencias sobre costos y tensiones geopolíticas
El expresidente desestimó las preocupaciones sobre el impacto económico de sus amenazas comerciales, incluso frente a advertencias de expertos que advierten aumentos en el costo de la energía si se aplican sanciones secundarias a países aliados de Rusia, en caso de que Moscú no acepte un alto el fuego con Ucrania.
“No lo creo. Creo que todo esto va a desaparecer”, dijo Trump al ser cuestionado por posibles efectos negativos para los consumidores estadounidenses.