Guanajuato, Gto.- En lo alto de los cerros del poniente de Guanajuato capital, donde termina la mancha urbana y comienza la zona rural, se levanta una comunidad conocida como Presas de Guanajuato, zona conocida por la gente de la capital como ‘Cartonlandia’.
Allí, entre caminos empinados y casas hechas de lámina, madera y cartones, vive desde hace 40 años la señora María Luisa Pérez, de 84 años de edad. Su hogar, cubierto con láminas galvanizadas y reforzado con plásticos, apenas logra resistir el frío que este año, dice, ha llegado con más fuerza.
“Bien feo el aire, sobre todo, está haciendo mucho frío. Ayer y antier el aironazo, y frío y todo. Yo me encierro y me cobijo, y así amanecemos, con la voluntad de Dios”, cuenta doña María Luisa, envuelta un grueso gabán rojo, bajo del cual lleva otro suéter afelpado.
En Presas de Guanajuato el frío golpea al sector más vulnerable de la capital
Las casas de esta zona tienen múltiples orificios por donde se cuela el aire gélido de la madrugada. En muchas, como la suya, los muros están forrados con materiales improvisados para tratar de conservar algo de calor.
“Yo por dentro tengo forrado con hules para evitar que se meta el aire”, explica.
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Durante el invierno, los vecinos tienen que enfrentar las bajas temperaturas sin calefacción ni fogones, ya que encender fuego dentro de estas viviendas representa un riesgo demasiado alto.
“No, tampoco puede uno arriesgarse a los fogones, ¿se imagina una quemazón? Así nos la aventamos, con suéteres y tecitos calientes”, dice Doña María Luisa.
A pesar de vivir en condiciones precarias, la señora María Luisa asegura que su salud se mantiene estable.
“Ya para la edad que tengo yo casi no batallo de gripas ni nada de eso”, comenta con orgullo, como quien sabe que la gente de antes estaba hecha de otra madera.
Mientras recibe los primeros rayos del sol a las afueras de su casa para calentarse reflexiona sobre lo que viene:
“Se me hace que este año va a estar más frío, por lo que se ve hasta ahorita. Se me hace que sí va a hacer mucho frío, se siente fuerte. Hay años que no se siente así, pero ahorita veo que sí. Vamos empezando y ya se siente bien feo. Hay que prevenir las cobijas.”, dice con una sonrisa en el rostro.
Así se enfrenta el frío en Cartonlandia, donde aunque el invierno apenas comienza, el aire helado ya recorre las calles de tierra por las madrugadas poniendo a prueba a los más vulnerables, mientras que personas como Doña María Luisa tiene la esperanza de que con la voluntad de Dios, el invierno no sea tan cruel como se anticipa.
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