El exfuncionario mexicano, quien ocupó uno de los cargos más relevantes en la estrategia de combate al narcotráfico, fue hallado culpable de múltiples cargos relacionados con el tráfico de drogas, conspiración y corrupción. Su caso ha sido considerado uno de los mayores escándalos de colusión entre autoridades mexicanas y el crimen organizado en la historia reciente.

Traslados y condiciones críticas de reclusión
Desde su arresto en 2019, García Luna ha sido trasladado entre distintas prisiones federales en Estados Unidos, incluyendo el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, la penitenciaría federal USP Lee, en Virginia, y más recientemente, la ADX Florence, en Colorado, conocida como la prisión de mayor seguridad del país.
Durante su estancia en USP Lee, su defensa denunció condiciones severas y presuntos abusos a los derechos humanos. Según sus abogados, García Luna fue mantenido bajo un régimen de aislamiento extremo, sin acceso a higiene básica ni utensilios para comer, y con un solo par de ropa interior durante meses. El exsecretario llegó a perder más de 14 kilos, y apenas pudo comunicarse con su defensa legal por tres horas en un lapso de ocho meses.
Estas condiciones motivaron a su equipo legal a solicitar la intervención de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, argumentando que se estaba violando su derecho a una defensa justa.

“Mientras estuvo recluido en USP Lee, se le privó de la posibilidad de ducharse, afeitarse o incluso comer con utensilios. A pesar de que no recibió ni una sola infracción disciplinaria en casi seis años de encarcelamiento…”, argumentó su defensa en una carta presentada ante la Corte.
En ADX Florence: mejoras limitadas
El 30 de junio de 2025, García Luna fue trasladado a la prisión federal ADX Florence, en Colorado, considerada la prisión más segura del sistema penitenciario estadounidense. En este penal cumplen condena criminales de alto perfil como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Francisco Javier Arellano Félix y Juan García Ábrego.

Aunque el traslado representó una mejora en sus condiciones físicas —pues se le ha permitido ducharse, comer con utensilios y leer—, sus abogados aseguran que aún enfrenta obstáculos críticos para su defensa.
“No ha tenido acceso a ninguna de las transcripciones del juicio, mociones, litigios posteriores al juicio ni materiales de sentencia”, detallaron sus representantes legales en una carta reciente.
Sin posibilidad de libertad hasta 2052
Con su sentencia fijada en 38 años, García Luna, de 57 años, permanecerá en prisión al menos hasta el 19 de junio de 2052, fecha establecida para su posible liberación. Para entonces, tendría 84 años.
