Guanajuato, Guanajuato.- Un despilfarro. Los primeros tres meses de trabajo de la nueva legislatura del Congreso local se tradujeron en gastos al por mayor: desde tratamientos estéticos, comilonas en restaurantes exclusivos, alta repostería y hasta la renta de sitios de esparcimiento, todo con cargo al presupuesto público.
Sin ningún tapujo, diputadas y diputados locales hacen uso desmedido de la partida asignada para gastos de representación, que deberían destinarse para el desarrollo, adecuación y necesidades de sus casas de gestión, pero, en su lugar, lo utilizan para otro tipo de consumos de índole personal.
Las y los diputados de Guanajuato son los mejor pagados del país -ganan más de 224 mil pesos al mes-, pero pese a su mega sueldo, facturan hasta los cafés que toman en Starbucks para que sus consumos corran con cargo al erario.
Acude a tratamiento estético en Guadalajara

La morenista Hades Aguilar Castillo, conocida por sus constantes faltas a las sesiones en el Congreso local -tuvo “nada más” 22 faltas justificadas y 4 inasistencias en la pasada legislatura-, entregó una factura por 26 mil 286 pesos por los servicios del doctor Jaime Alejandro Delgado Borunda, especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva en Guadalajara.
La congresista fue atendida en el Hospital Joya de la capital tapatía, a donde ingresó el 16 de noviembre y fue dada de alta tres días después, según consta en la factura.
Aunque la ley permite que las y los diputados facturen la compra de medicinas y productos farmacéuticos, lo que la diputada morenista cargó como “gastos de representación” se trató de un tratamiento estético.



No fue lo único: la diputada morenista metió como comprobación otra factura por 2 mil pesos de otro especialista en cirugía plástica y reconstructiva, expedida por el doctor Carlos Alejandro Molina Villa, que ese sí despacha en León. También facturó diversas pruebas de laboratorio.
Clienta frecuente de un club social

A pesar de no ser una necesidad de su casa de gestión, la panista María Isabel Ortiz Mantilla no se ha quedado atrás y ha decidido aprovechar las ‘bonanzas’ que brindan los derechos legislativos.
En su caso, en al menos cinco ocasiones contrató al Club Empress, localizado en la salida de León a Silao, para la renta de sus espacios, además de distintos consumos.
Sus facturas ascienden a casi 73 mil pesos por banquetes y actividades meramente sociales, que fueron facturadas durante octubre y noviembre de 2024.

Gusto por la alta repostería

¿Quién gastaría casi 4 mil pesos en galletas? No fue algo que se preguntara la priista Ruth Tiscareño Agoitia, quien previo a la Navidad pasó al Palacio de Hierro en León para comprar 3 mil 980 pesos en galletas Zuckys, que son de venta exclusiva de esa lujosa tienda comercial.
“Todo comenzó en “El Palacio de Hierro” Durango (…) era curioso ver la fascinación que causaba entre los clientes el estar preparando las galletas y combinado con el delicioso aroma que despiden al hornearse no había quien pudiera resistirse”, narra la página oficial de la marca y que parece toda una verdad: la diputada priísta no se resistió a comprarlas para su oficina de gestión.

Entre cafés, comidas y buffets

Representantes de otras fuerzas políticas han sido proclives también a cargar como “gastos de representación” infinidad de consumos del día a día, como cafés, mariscos, tortas ahogadas e incluso comidas en restaurantes de lujo en diversas partes de Guanajuato.
Un ejemplo es Sergio Contreras, del PVEM, quien de octubre a diciembre facturó cerca de 3 mil pesos de los cafés que consumió en sus constantes visitas a Starbucks.
Rodrigo González, de Movimiento Ciudadano, ha gustado a placer de tacos gobernador, de picaña, de pulpa de jaiba, rusas, pulpo, entre otras ‘degustaciones’ muy propias de negocios comerciales de mariscos, pero que facturó para que se las pagara el Congreso de Guanajuato.
El mismo gusto por los mariscos y la alta cocina lo tiene también el priísta Alejandro Arias, quien no desaprovecha las bondades de su cargo para facturar casi 20 cuentas en restaurantes de renombre en la entidad como Palacio de Hierro, Hacienda Catrina, L´Ostería, Mochomos, Los Arcos, Liverpool u Orangerie… todo con cargo al presupuesto del legislativo.


El priista pagó también consultas especializadas en neurología con el doctor Omar Alejandro Santana Ortiz, en Guadalajara, con cargo a sus “gastos de representación”.
En herramienta salen muy caros
Susana Bermúdez Cano – $8 176 en alimentos en el restaurante México Lindo y Sabroso
Aldo Márquez Becerra – $20 000 de renta de oficina de gestión, que es propiedad del también panista Gabriel Pérez Navarro
María del Pilar Gómez Enríquez – $1 469 en cuatro chalecos para caballero en Costco
¿Qué marca la ley?
Las Disposiciones relativas al Ejercicio de las Partidas Presupuestales 3851, 3852, 3854 y 3856 son las autorizadas para la función parlamentaria del Congreso del Estado, donde se establecen los criterios para cubrir los gastos de operación de grupos y representaciones parlamentarias, de las oficinas de gestión, para el informe de actividades o para los integrantes de la junta de gobierno, coordinación política y de la presidencia del Congreso.
Cada uno de estos casos permite ciertos conceptos de gastos, pero van desde materiales de oficina, hasta licencias de software, uniformes, medicinas, combustible, equipos tecnológicos, refacciones, artículos de protección personal, honorarios y servicios profesionales, difusión, seguros, pago de servicios, entre otros aspectos.
Es decir que las y los diputados de Guanajuato no ponen de su bolsa para ningún gasto en el desarrollo de sus funciones, y su salario se queda íntegro. Pero hay quienes se exceden en esas prestaciones y se dan gustos personales.
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