San Miguel de Allende, Guanajuato.- Un grupo de habitantes del Calvarito evitaron que se instalara una barda para delimitar un terreno. Dijeron que siempre ha sido una zona de paso libre y un centro ceremonial para la gente de las comunidades aledañas; denunciaron que la dueña los ha amenazado desde el 2016, que compro porque ha querido quedarse con los terrenos donde se encuentra una capilla con más de 100 años de antigüedad.

La tarde de este miércoles se dio un enfrentamiento verbal en la zona conocida como El Calvario, de las comunidades Atotonilco y El Cortijo, entre los habitantes de la zona y la dueña de un predio aledaño, una mujer aparentemente originaria de Chihuahua.

 
La tarde de este miércoles se dio un enfrentamiento verbal en la zona conocida como El Calvario. Foto: Roberto López

“Es un lugar de culto religioso; hace más de 8 años tenemos una problemática con la vecina. Hace años estos lugares eran de libre tránsito porque eran acceso al Calvarito, un lugar que data de 1648, un centro ceremonial al que le conocemos como el resguardo del Calvarito”, explicó doña Gudelia Llamas, quien resguarda la tradición de la capilla.

La mujer dijo que ese era el camino del ojo de agua, al manantial cercano, donde la gente se bañaba o lavaba la ropa.

“La vecina compró en 2016 y circuló su terreno, pero ella también quería circular El Calvarito, pero lo defendimos entonces igual que ahora”.

Contó que la dueña del terreno cercano tiene animales exóticos, como lobos y leones y que por eso quiere poner una barda para que supuestamente los vecinos no se los vayan a maltratar.

La señora Gudelia dijo que la vecina, en mayo y en julio, cuando hay festividades religiosas, siempre se queja por la música, por los cohetes.

“Nos amenaza, nos echa balazos al aire y a mí me ha dicho que me va meter a la cárcel”.

A ese lugar llegaron elementos de seguridad para evitar un conflicto físico. Simplemente intervinieron para que las partes no pasaran a un conflicto mayor y les pidieron acudir al ministerio público para dirimir las diferencias.

 
En los terrenos donde se encuentra una capilla con más de 100 años de antigüedad. Foto: Roberto López

Dijo que hace 8 años, la mujer dueña del terreno delimitó su propiedad y que ahora quiere hacerse de un tramo que es usado por los vecinos como un centro ceremonial que no le pertenece.

Pidió al alcalde Mauricio Trejo, que apoye la causa de la gente de las comunidades, “no queremos más chismes, más dimes y diretes, queremos que la señora nos deje en paz y respete nuestro centro de culto, nuestro calvarito”.

Doña Gudelia aseguró que harán guardia permanente en el lugar hasta que se solucione de manera pacífica