Para cancelar y retirar obras artísticas y amenazar la libertad cultural y democrática mediante la censura e intolerancia en Guanajuato. Convertir al estado que representa lo más conservador y profundamente religioso. símbolo de una sociedad que valora las apariencias, las costumbres rígidas y la moral católica como pilares de identidad.
Donde nos vemos reflejados en el espejo de un fanatismo ultraconservador fosilizado; que pinta de cuerpo entero, y pone en evidencia a la Universidad de Guanajuato; con la cancelación anticipada de la Exposición “Iconoclasia” creada por Edder Damián Martínez, estudiante de Artes Visuales, como parte de su proyecto final, que Incluía representaciones de Cristo crucificado con intervenciones artísticas: de cabeza, con tutú, símbolos religiosos diversos, toallas sanitarias y la bandera LGBT.
Ante los señalamientos de la Arquidiócesis de León y grupos conservadores que exigieron su retiro por considerarla ofensiva para los católicos. Provocó protestas estudiantiles que denunciaron censura y presión religiosa en una institución que es pública y debiera ser laica. Apaga las voces y empobrecen el pensamiento, limitan la creatividad y debilitan la democracia. La censura e intolerancia en Guanajuato: se vuelve una amenaza a la libertad cultural y democrática. La censura y la intolerancia no son simples actos aislados: son síntomas que debilitan y fomentan la descomposición de la estructura social, que privilegia el control sobre el diálogo.
Nos demuestra cómo la religión es usada como herramienta de control social, más que de espiritualidad. Desde la cancelación de exposiciones artísticas en universidades hasta el retiro de obras en espacios públicos por mostrar desnudos, el estado ha sido escenario de decisiones que limitan la libertad de expresión y empobrecen el debate cultural. Estos casos reflejan una tensión entre expresiones artísticas contemporáneas y valores tradicionales que aún pesan en la vida pública de Guanajuato.
La censura, entendida como desaprobación institucional hacia ideas incómodas, y la intolerancia, como intransigencia ante la diversidad, han generado un clima de autocensura entre artistas, académicos y periodistas. Guanajuato, con su rica historia cultural, corre el riesgo de convertirse en un espacio donde solo se permite lo que no incomoda, lo que no cuestiona, lo que no transforma. Donde la Hipocresía religiosa: Nos revela a quienes aparentan santidad o rectitud exterior, pero internamente están corrompidos, por mega escándalos de saqueos al estado. La falsedad moral de los políticos y su clase gobernante: Les aplica, porque cuidan mas su imagen pública mientras, ocultan las injusticias, con su egoísmo o corrupción.
Una muestra genuina del contexto cultural que vivimos donde incluso la hotelería y el turismo, van en declive; los cuevanenses, como sepulcros blanqueados con cal para evitar que los peregrinos se contaminaran ritualmente al tocarlos sin saber.. Así, lucían limpios por fuera, pero todos sabían lo que había dentro. En eso se ha convertido el retiro de obras en el Congreso del Estado de dos pinturas de la artista Natalia Geraldine Barajas Valadez, “La Diosa de la Fertilidad” y “La Diosa Maya”, fueron retiradas de una exposición en el Congreso por mostrar desnudos. La Dirección de Gestión y Vinculación Social justificó la medida como una política de “inclusión” para proteger a públicos infantiles. Pero es verdad sabida que los legisladores y artistas criticaron la decisión como una forma de censura que limita el diálogo cultural y perpetúa visiones conservadoras. Las Instituciones deben promover los valores, no encubrir los abusos. Los Diputados que aparentan virtud, mientras actúan con doble moral. Es una imagen poderosa que desenmascara la apariencia vacía y llama a la autenticidad. Es una metáfora que sigue vigente, estructuras que necesitan menos propaganda de maquillaje y mas transformación real.
La censura y la intolerancia pueden apagar la identidad, el pensamiento y la libertad. Debemos dejar abierta la esperanza de recuperar a la luz del entendimiento —la expresión libre—, paraque la sociedad guanajuatense puede volver a verse con honestidad y avanzar con dignidad. Ejemplos de obras literarias como “Las Buenas conciencias de Carlos Fuentes de 1959, o “Estas Ruinas que ves” de Jorge Ibargüengoitia en 1974. Han retratado cabalmente a la sociedad guanajuatense, pintan una estampa cultural real del tipo de sociedad que somos. Gente decente buenos católicos. En donde los políticos del cogollo predican ética, pero practican lo contrario.